Ley Fayad

“El internet es como el alcohol. Acentúa lo que harías de cualquier manera”.

Esther Dyson

 

Omar Fayad ha pagado un precio alto por la iniciativa para combatir los delitos en internet. La paliza que se llevó el senador priista por Hidalgo en redes sociales por la Ley Fayad fue tan grande que se vio obligado a declarar: “Si lo que quieren es que la queme, la quemamos, pero que no quede en la conciencia social y en las redes que quisimos hacer un intento de mordaza, eso jamás lo haría”.

Legisladores del PAN, del PRD y de otros partidos han aprovechado los cuestionamientos para llevar agua a su molino. Fernando Rodríguez Doval, vocero del PAN, ha pedido a los senadores de su partido no apoyar la propuesta. Luis Sánchez del PRD ha afirmado que la iniciativa es un retroceso: “Es un documento mal hecho, que aborda sanciones que deben ir en el Código Penal, que se centran más en limitar la libertad de expresión que en atacar los delitos cibernéticos”.

La verdad, sin embargo, es que legisladores de todos los partidos han venido estudiando desde hace tiempo formas de regular el internet y las redes sociales y castigar los delitos o supuestos delitos que ahí se cometen. El pasado 27 de octubre la senadora del PRD Iris Vianey Mendoza declaró que los senadores del PRD “venimos exigiendo desde hace años la tipificación de delitos relacionados con el ciberespacio”.

Afirma el senador Fayad que nunca pretendió regular o amordazar el internet o las redes sociales sino que su intención era tipificar delitos que se están cometiendo en internet como el grooming (en que un adulto se hace pasar por joven para seducir a un adolescente), la pornografía infantil, la suplantación de páginas bancarias o el robo de información de las computadoras. “Estos delitos son hoy difíciles de perseguir por falta de tipificación”, me dice en entrevista. “Ojalá que nadie que ha señalado que la ley era lo que no era sufra alguna conducta de este tipo”.

La iniciativa que leo en la página del Senado plantea reglas para combatir delitos contra sistemas informáticos (acceder, interceptar, interferir o usar un sistema informático sin autorización), las armas informáticas (o códigos maliciosos), la depredación sexual, la intimidación, la divulgación indebida de información personal, los delitos contra el patrimonio, la suplantación de dominio, el ataque cibernético, el terrorismo informático, el ciberespionaje, la manipulación y violación de sellos digitales, la intromisión abusiva de la privacidad, y la violación de correspondencia y mensajería electrónica.

Supongo que hay delitos que pueden cometerse en internet o a través de redes sociales que no están considerados en los códigos penales o civiles existentes.

No es el caso, sin embargo, de las extorsiones o fraudes por internet a través de la suplantación de páginas, los cuales pueden ser perfectamente castigados por las leyes de siempre. Robar por internet o hacer fraude no es muy distinto de hacerlo por cualquier otro tipo de medio. Lo mismo ocurre, me parece, con el abuso sexual a menores de edad, con la pornografía infantil o con la intimidación.

Hay que examinar en detalle la iniciativa para saber si hay disposiciones positivas no cubiertas por las leyes existentes sobre extorsiones, fraudes, robos y abusos. Pero sobre el internet y sobre las redes sociales hay que legislar siempre con mucho cuidado. Lo hemos visto en las leyes sobre radio y televisión. Nos dijeron beneficiarían a los ciudadanos, pero han sido un simple pretexto para la censura o para que los políticos se apoderen indebidamente de tiempos de radio y televisión. Muchas de las disposiciones de la Ley Fayad parecen innecesarias o peligrosas para las libertades individuales… pero, cuidado, no todas lo son.

IMPUESTO AL PAN

Si usted compró su pan de muerto en el comercio formal tuvo que pagar el impuesto a los gorditos de 8 por ciento. Si lo adquirió en vía pública, no pagó ni éste ni ningún otro impuesto. Así busca el gobierno apoyar el comercio informal ante la competencia desleal de los formales.