A pesar del escándalo, de los pleitos, de la lluvia de declaraciones y de las guerras intestinas, todo indica que la Asamblea constituyente de la Ciudad de México podría terminar en una tomada de pelo.
En entrevista para La Otra Opinión, la periodista Ivabelle Arroyo explicó que la Constitución de la Ciudad de México no tendrá un beneficio directo para los capitalinos. Y es que las garantías y libertades que existen en el desaparecido Distrito Federal están avaladas por la Constitución Federal, los tratados internacionales y por todas las leyes secundarias que no pierden vigencia a pesar de la reforma política en la ciudad de México.
Es decir, que no hace falta un texto constituyente para que se asegure la permanencia de asuntos como el matrimonio igualitario, el derecho al aborto y otros temas controvertidos que se han debatido y aprobado en la capital.
Eso sí, Ivabelle Arroyo advirtió que el armado constitucional quedará en manos de un arreglo político completamente distinto al de la capital.
Es decir, que mientras el PRD y Morena tienen la mayor presencia en la Ciudad de México, los diputados constituyentes se distribuirán en proporción al reparto de curules en el congreso federal. O si lo prefiere, en un sentido distinto al todo de la política capitalina.
Aun así, concluyó Arroyo, la diferencia es menor pues, por un lado, el destino de la capital –en el arreglo normativo actual– sigue en manos de diputados y senadores de todo el país; además, como se dijo, todas las victorias sociales están respaldadas y garantizadas en leyes y tratados por lo que, independientemente del rumbo que tome la discusión y el nuevo texto constituyente, los habitantes de la ciudad mantendrán las libertades y prerrogativas ganadas.
