¡Lista la boleta electoral de 2018!

Si hacemos caso a las encuestas de opinión sobre los principales precandidatos presidenciales para 2018, podemos decir que ya está lista la boleta electoral.

Y es que en todos los sondeos de opinión se mantienen a la cabeza –en clara fuga de punteros-, la señora Margarita Zavala y los señores Andrés Manuel López Obrador y Miguel Ángel Osorio Chong.

Es decir, que si hoy fuera la elección presidencial, en la boleta estarían como candidata del PAN, Margarita Zavala; por el partido Morena, Andrés Manuel López Obrador y por el PRI, Miguel Ángel Osorio.

Dicho de otro modo, que la de 2018 sería una elección de tres tercios, en donde se disputarían la simpatía y el voto de los electores, Margarita, Andrés y Miguel.

Sin embargo, hoy nadie sabe si la señora Zavala realmente será la candidata presidencial por el PAN, tampoco nadie sabe si el señor Osorio Chong será el aspirante presidencial por el PRI. Lo único cierto es que Andrés Manuel López Obrador, es el seguro candidato, por tercera ocasión.

Y frente a un escenario de tres tercios, partidos y candidatos emergentes podrían ser determinantes en la contienda de 2018. ¿Por qué razón? Elemental, porque es previsible que para romper la tendencia de tres tercios, se requieran alianzas estratégicas, no convencionales.

Así, por ejemplo, el PRD, Movimiento Ciudadano, y el resto de la chiquillería podrían ser el “fiel de la balanza”. Es decir, se podrían convertir en un porcentaje clave de votos, capaz de inclinar una mayoría a cualquiera de los extremos.

Por ejemplo, una alianza PAN-PRD –ante la hipótesis de que Margarita Zavala sea la candidata presidencial-, seguramente garantizaría la victoria para esa alianza.

En el otro polo, una alianza entre el PRD y Morena inclinaría la victoria a favor de López Obrador. Y en el extremo, una alianza entre el PRI, el Partido Verde, el Panal, el PT y Movimiento Ciudadano, podría marcar la diferencia a favor del PRI.

Por tanto –y siempre a partir de las premisas arriba descritas-, las alianzas de los grandes partidos con la chiquillería podrían marcar la diferencia. Es decir, que los minipartidos podrían hacer el milagro.

Al tiempo.

@RicardoAlemanMx

@OpinionLSR