A propósito de las manifestaciones masivas que se han dado en Quito, Ecuador, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró su postura en contra de actos violentos para exigirle al gobierno realizar su trabajo.
“Desear que se resuelvan los problemas en Ecuador, en efecto somos pueblos hermanos. Nosotros somos respetuosos de la situación política de cada país, no opinamos sobre eso. Lo que decíamos era que se resuelvan sus diferencias de manera pacífica que no haya violencia… no vamos a intervenir nosotros en este caso, ojalá y se llegue a un acuerdo, siempre lo deseamos”, declaró el mandatario.
Previamente, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) hizo público un comunicado en donde manifiesta su preocupación por la situación social por la que atraviesa el pueblo ecuatoriano y exhorta a las autoridades del país sudamericano a respetar el Estado de Derecho y los Derechos Humanos.
Sin embargo, resulta contradictorio que Andrés Manuel se preocupe por la lucha de los indígenas del Ecuador cuando en México estudiantes de una escuela normal, de las afiliadas a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), asalten y mantengan secuestrados a varios choferes de camiones y luego, pese a que son acciones ilegales, se les concedan varias plazas para sus egresados.
