Los cuatro fantásticos de Dos Bocas (II)

El 25 de febrero pasado, la revista Compliace Week –un semanario dedicado a temas de ética en el gobierno– dio a conocer que la empresa TechnipFMC informó a autoridades regulatorias que había apartado la suma de 280 millones de dólares para eventuales arreglos judiciales con los gobiernos de Estados Unidos, Brasil y Francia.

“Estamos cooperando en sus investigaciones sobre potenciales violaciones de leyes anticorrupción, relacionadas con proyectos terminados en Brasil, Guinea Ecuatorial y Ghana, así como contratos con (la petrolera) Unaoil”, apuntó.

TechnipFMC es una empresa de energía que está entre las cuatro firmas invitadas por el gobierno federal para participar en la licitación restringida para la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco.

Ayer le informé aquí sobre dos de ellas, Bechtel-Techint y KBR. Hoy le cuento sobre las otras dos, la franco-estadunidense TechnipFMC y la australiana-estadunidense WorleyParsons-Jacobs.

En los cuatro casos hay señalamientos, en medios de comunicación y procesos judiciales, que las ligan con actos de corrupción en países donde han operado.

TechnipFMC se formó de la fusión, en 2017, de Technip, SA, y FMC Technologies. Sus oficinas centrales están en Londres, pero también opera desde Houston y París. Es una empresa global de energía, en la que el gobierno francés aún tiene 4% de las acciones, con proyectos en Rusia, Australia, Noruega, Mozambique y Guyana, entre otros países. Su presidente es Doug Pferdehirt.

Aunque ha participado en la construcción de refinerías, su especialidad es el desarrollo de campos de petróleo y gas en aguas profundas. Uno de ellos está en el lado estadunidense del Golfo de México. Se llama Kaikias y se ubica a 200 kilómetros al sur de Nueva Orleans.

En 2014, la empresa fue multada, junto con KBR, con 17 millones de dólares por pagar sobornos a autoridades nigerianas, en el curso de una operación conjunta para desarrollar una planta de gas licuado en el país africano.

Por su parte, WorleyParsons es una compañía con sede en Sydney, fundada en 1971. Ha participado en más de 2 mil proyectos relacionados con refinación y petroquímicos. Su presidente es Andrew Wood. Tiene una presencia global, con operaciones en Canadá, China, Rusia, Egipto y Omán, entre otros países. El año pasado compró la división de energía de la firma estadunidense Jacobs Engineering Group, por 3 mil 300 millones de dólares.

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En 2016, una investigación periodística ligó a WorleyParsons con actos de corrupción de funcionarios en las exrepúblicas soviéticas de Asia central, mediante ligas con Unaoil –empresa de energía con sede en Mónaco, propiedad de la familia Ahsani, de origen iraní–, cuyo sello, a decir del diario Sydney Morning Herald, es “corromper a funcionarios en países productores de petróleo para ganar contratos”.

En una nota publicada en 2016, se dice que “uno de los intermediarios corruptos, Stefano Borghi, que trabajaba para Unaoil en Kazajistán, también trabajó en WorleyParsons en 2008”. Agrega que Borghi pagó sobornos a funcionarios kazajos para operar campos de forma conjunta con la petrolera italiana Eni.

Alguna de esas cuatro empresas, escogidas por el gobierno mexicano, será ahora responsable de la construcción de la refinería de Dos Bocas, la cual se pretende terminar en un tiempo récord.