Los maestros están matando a los pobres

No conformes con realizar bloqueos –que causan desabasto de alimentos, pérdidas económicas en el turismo, niños sin clases, despidos de empleados y afectaciones similares–, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) parece que quiere “rematar” a los más pobres de México: los oaxaqueños.

Resulta que ante el desabasto de medicamentos que existe en aquella entidad –por los bloqueos de la CNTE–, la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarm) no descarta aumentar el precio de los  medicamentos; mismos que –de suyo– son costosos y de difícil acceso para quienes habitan uno de los estados más pobres del país.  

Si bien los fabricantes de medicinas han absorbido el costo de los envíos por medio aéreo, lo cierto es que –según dicen– la situación no puede mantenerse indefinidamente. En consecuencia, la medida de las farmacéuticas sería aumentar los costos de los medicamentos para subsanar el gasto extra en el transporte de los medicamentos.

En un tono similar, se sabe que por las dificultades para abastecer a Oaxaca de medicamentos, algunas farmacias han elevado los precios en productos y medicinas básicas.    

Incluso el secretario de Salud, José Narro, advirtió que es difícil establecer cifras sobre las personas que no han recibido atención médica por los bloqueos de la CNTE.

Narro reconoció, además, que durante las movilizaciones del magisterio algunas personas se han negado a recibir los servicios médicos, aunque el servicio no se le ha negado a nadie.

Acaso lo más grave es que el aumento a los precios de las medicinas se suma al desabasto de medicamentos, a la pésima infraestructura hospitalaria, al desvío de recursos destinados al sector salud, al desorden administrativo y a una crisis severa en el sistema de Salud de Oaxaca.

Por eso, luego que la CNTE ha acorralado a empresarios, banqueros, comerciantes, estudiantes y a las sociedad en general; no sería exagerado decir que, con sus acciones, la Coordinadora condena a la miseria, al abandono e incluso a la muerte a los mexicanos más pobres: a los oaxaqueños.