LOS TATUAJES: MODA, IDENTIDAD O MASOQUISMO

Figuras de aves, siluetas humanas, nombres de personas, de ídolos, frases; son algunas de las imágenes que podemos observar grabadas en algunos cuerpos humanos. 

Con exactitud no se puede determinar en que momento surgió el uso del tatuaje. Algunos autores lo relaciona con la existencia de los grupos primitivos que se hacían marcas en la piel como un ritual de transición de una etapa a otra; por ejemplo, de la niñez a la adultez, o para hacer patente a qué grupo pertenecían dentro de la tribu.

Otros lo relacionan con el hallazgo de la momia de un cazador que corresponde al periodo neolítico y que fue encontrada en 1991 en la región de los Alpes. El cuerpo de la momia tenía la espalda y rodillas tatuadas.

Como resultado de los estudios efectuados al cuerpo encontrado se determinó que el carácter de los tatuajes había sido curativo. 

También se han equiparado con las escarificaciones —incisiones extremas en el cuerpo—-, las cuales se encontraban en algunas culturas africanas en donde en las mujeres eran consideradas como un elemento atractivo y en los hombres un símbolo de fortaleza y resistencia.

Ahora bien; ¿En la actualidad, qué motiva a una persona a tatuar su cuerpo?, ¿Qué intenta expresar la persona que graba en su cuerpo diferentes imágenes?, ¿Es una conducta que puede considerarse como patológica?

La atracción por los tatuajes surge en los adolescentes pero también está en los menos jóvenes y en algunos adultos. En la adolescencia el deseo por un tatuaje puede considerarse como parte de los cambios que se presentan en la etapa y el tatuaje puede representar la necesidad de pertenecer a un grupo que puede caracterizarse por el grabado que hacen en su cuerpo.

El ser portador de un tatuaje, también le da la posibilidad al adolescente de una identidad; ahora es el chico del tatuaje, el que se atreve, el rudo. La busca de pertenencia y de identidad son procesos naturales en la adolescencia que generan ansiedad. 

Sin embargo cuando estas emociones resultan intolerables y no logra ponerlas en palabras —-hablar de ellas—-, es probable que el adolescente busque el recurso de grabar su cuerpo como una forma de intercambiar el dolor emocional por el físico que se produce al tatuar su cuerpo. La conducta de quererse tatuar como una manera de huir de sus emociones puede considerarse como patológica.. 

Tanto en los menos jóvenes como en el  adulto la situación es diferente, la necesidad de tatuar su cuerpo va a estar en relación, con diversos aspectos, entre ellos con la dificultad para poder retener en la mente imágenes, emociones o situaciones experimentadas en la cotidianidad de la vida —-capacidad de simbolizar—-.

Un buen ejemplo es cuando una persona experimenta la perdida de un ser querido —por muerte o por un rompimiento amoroso—, y si  no logra elaborar un recuerdo nítido en su mente de la persona muerta busca una forma concreta del recuerdo mediante la inscripción de la imagen o del nombre de la persona perdida. 

Por otro lado, el dolor físico que provoca el grabar imágenes en el cuerpo también está en relación con la excitación erótica y disfrute que puede provocar dicho dolor  —-masoquismo—, lo que lleva a la persona a querer repetir esta sensación dolorosa una y otra vez.

Para Zygmunt Bauman el tatuaje es una moda que los jóvenes y no tan jóvenes adoptan buscando una identidad, un sentido de pertenencia, la autoafirmación. 

Para este autor, el tatuaje representa en una sociedad de cambios la búsqueda de permanencia. Por ejemplo; la moda de la ropa señala la capacidad y la disponibilidad del sujeto para renunciar a los símbolos e identidad que marca la moda actual , por aquella que vendrá después —los cambios en la moda—-.

Pero a diferencia de la moda en el vestir, el tatuaje representa la búsqueda de la permanencia con aquellos símbolos grabados en el propio cuerpo que sugieren que la identidad que esto implica es para el sujeto portador un compromiso más serio y duradero, y no sólo un capricho momentáneo.

Con el tatuaje los jóvenes y no tan jóvenes buscan construir un sentido de identidad y desarrollar el sentido de pertenencia y de permanencia aunque habrá también quien busque el placer que produce el dolor físico al tatuase.