Una burla para el pueblo venezolano ver a Nicolás Maduro y a su esposa comiendo y dejándose consentir por uno de los grandes chefs del mundo. Pese a ello, al dictador del régimen chavista poco le importa toda vez que acapara la carne de sus connacionales.
Mientras la pareja presidencial muestra su riqueza mal habida dándose estos lujos con un festín de cortes de carne, cuando Venezuela muere de hambre, de carencias y de insalubridad, ahora, los ciudadanos del país sudamericano se quedaron sin ese producto, pues el alimento desapareció de los comercios una vez que el Ejecutivo puso en marcha controles de precios.
El plan piloto en los ocho estados de mayor producción ganadera consiste, entre otras cosas, en que el gobierno de Maduro sea el único comprador de reses y pagará 65 bolívares (cerca de 1 dólar) por cada animal, pero cada kilo lo venderá en 78 bolívares (1.2 dólares).
El presidente de la Asociación de Ganaderos del estado Táchira, Leonardo Figueroa, declaró al diario Nacional, que el gobierno les pagará las reses a un precio muy bajo, lo que llevaría a la quiebra del sector.
Hace unos años, la carne era un producto que se podía encontrar con relativa facilidad en mercados y carnicerías, sólo que a precios casi inalcanzables para alguien que devengue el salario mínimo. Ahora será prácticamente imposible adquirir el producto.
En varias carnicerías de Caracas no hay venta de carne desde hace al menos una semana, mismo escenario que en los mercados municipales de varias ciudades y en los mercados populares de decenas de comunidades. Pero eso sí, el dictador se jacta junto a su esposa, ante millones de venezolanos que él, sí se puede dar esos lujos. Una total vergüenza.
