Mal, sin cambiar

Especial

Mañana temprano, INEGI publicará el dato oportuno del PIB al tercer trimestre. Lo podremos platicar el jueves, pero desde ahora conviene esbozar algunos datos, especialmente a partir de la balanza comercial, que conocimos este lunes.

Como usted sabe, las importaciones de un país tienen una relación cercana con la capacidad de compra de los habitantes. Aunque muchas personas voltean a ver las exportaciones, en realidad lo relevante es cuánto se importa. Mientras más dinero tienen las personas, más compran, y parte de esas compras son directamente de productos importados, o bien contienen una parte de importaciones. De forma que si vemos el comportamiento de las compras al exterior podemos tener una idea de la dinámica de la economía.

Al respecto, tenemos ya varios meses con una caída en este rubro. La debilidad de las compras empezó en diciembre pasado, aunque enero y febrero tuvieron un comportamiento positivo, pero no muy grande, para tratarse de comercio, 4% en promedio. Marzo volvió a ofrecer números rojos, y abril y mayo alcanzaron a salir arriba de cero, pero ya muy poco, el promedio fue de 0.8%. Los siguientes meses fueron espantosos: -8% en junio, 2% en julio, -6% en agosto, y -2% en septiembre, redondeando.

Las importaciones caen en sus tres tipos: consumo cayó -7%, -1%, -12% y -4% en esos cuatro meses; bienes de capital en -21%, -17%, -14% y -14%. Leyó bien, caídas de dos cifras. Bienes intermedios, que son la mayoría, alternaron: -6%, 5%, -4%, 0%. Estos bienes son los que se utilizan para producir en México, sea para exportar o para vender aquí mismo. Indudablemente, tienen una relación importante con las manufacturas, que se han debilitado porque nos están comprando menos. Ya habíamos platicado acerca del ciclo de las manufacturas en Estados Unidos, que ha entrado en la parte débil, y por eso compran menos.

Las importaciones, que son el único dato general que tenemos de septiembre, indican que no fue un mes muy bueno. En producción de vehículos, septiembre fue un mes estancado, lo que implica una caída anual de -1.6%. En producción de petróleo, la caída se ha reducido, pero continúa, también en términos anuales. Finalmente, los datos de supermercados y tiendas de autoservicio rondan también el cero.

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Con base en esta información, podemos esperar que el dato oportuno del PIB esté en el menos cero, siguiendo las palabras presidenciales. Es decir, cercano a cero, pero del lado negativo. Es imposible adivinar la cifra, porque el PIB oportuno no tiene una relación directa con ninguna otra variable. Se parece al PIB, en versión preliminar, que se publicará el 25 de noviembre, pero no es igual. Tampoco es igual al IGAE trimestral. Por ejemplo, en el primer trimestre, el crecimiento del PIB oportuno fue de 0.2%. En ese mismo periodo, el PIB preliminar fue de 0.1%, y el IGAE de 0.5%. En el segundo, el oportuno reportó 0.4%, mientras que el preliminar cerró en 0.3%, y el IGAE en cero.

Si quiere usted una estimación puntual, esta columna considera que la cifra estará entre -0.5% y -0.3%. En el mejor de los casos, el crecimiento acumulado en los primeros nueve meses de 2019 será de 0.04%. Y en el año que inicia con octubre de 2018, aciago mes en que se canceló la construcción del NAIM, rondaremos 0.4%.

El jueves podemos revisar estos datos, que pueden fallar por unas décimas, pero no tiene mucha importancia. Lo relevante es que la economía está estancada, el país ha caído seis lugares en el índice de facilidad de hacer negocios, y enfrentamos un entorno global negativo para el próximo año. Así van las cosas.