No es ninguna novedad que Miguel Ángel Mancera buscará la presidencia en 2018. Pero lo que sí es novedad es la forma en que el Jefe de Gobierno capitalino está construyendo su candidatura, y que —contrario a lo que hoy dicen las encuestas— dentro de dos años podría convertirse en un aspirante serio a ocupar Los pinos.
Este martes, al asistir a la toma de protesta del nuevo gobernador de Chihuahua, Javier Corral, Mancera confirmó lo que ya todo México sabía: a pregunta expresa, dijo que “seguramente” será candidato presidencial. Y también confirmó lo que se anticipó en este espacio: jugará la carta de la candidatura independiente, pero con el apoyo unificado de los partidos de izquierda.
Por un lado, Mancera señaló que buscará encabezar “un proyecto como el que hoy Javier Corral representa en Chihuahua, que es un proyecto ciudadano, un proyecto en el que se apoyan con diferentes fuerzas”. Y por si la pista no fuera suficiente, también se dijo confiado de que “PRD, PT y Movimiento Ciudadano estarán trabajando en cercanía con los proyectos y convocatorias ciudadanas”.
Entonces, analicemos el valor de las cartas que jugará Mancera en 2018: la candidatura independiente y la alianza político-electoral:
En el Itinerario Político del 29 de septiembre, titulado “Mancera, el sepulturero de AMLO”, se dijo que el hecho de que Mancera se encuentre al margen de la militancia en los partidos políticos le podría permitir al actual Jefe de Gobierno obtener el apoyo de millones de ciudadanos apartidistas, independientes, antipriistas, antipanistas y antilopezobradoristas.
Además, se anticipó que Mancera buscaría algo parecido a la fórmula que utilizó López Obrador en 2006 y 2012, quien consiguió el respaldo de PRD, PT, y de Movimiento Ciudadano.
Pero, ¿Qué impacto tendría la estrategia de Mancera en los resultados de 2018?
Desde el 19 de septiembre, en La Otra Opinión anticipamos que si Mancera abandera una coalición de izquierdas, podría mover las piezas del ajedrez electoral. En la nota titulada “Mancera, ¿Le quitará votos a AMLO?”, se advirtió que en 2012 entre el PT y Movimiento Ciudadano aportaron a López Obrador el 9.43 por ciento de los votos de aquella elección, sin los cuales hubiera caído hasta el tercer puesto en lugar de ocupar el segundo. Por ello, si en 2018 los votos de estos partidos van para el Jefe de Gobierno, en efecto, Mancera podría ser el sepulturero de AMLO.
La cuestión es ¿Podrá Mancera pasar de ser el sepulturero de López Obrador a convertirse en un serio aspirante a la presidencia en 2018?
Por el momento, las encuestas dicen que no. En la mayoría de los instrumentos que miden la intención del voto, todo apunta a que los verdaderos contendientes son Margarita Zavala y López Obrador. Pero como mostraron el Brexit y el plebiscito en Colombia, las encuestas pueden equivocarse. Y no hay que olvidar que mancera tiene cuatro ases bajo la manga: la candidatura ciudadana, el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano.
