Más allá del desgaste político de AMLO

El pasado primero de julio, en México, vivimos la elección presidencial más polémica de nuestra historia. No me refiero al resultado, pues fue indiscutible. Me refiero al hartazgo con el que la sociedad mexicana salió a votar, hartazgo de corrupción, impunidad, inseguridad y, sobre todo, de las falsas expectativas de la clase política.
Después de 12 años, los mexicanos le dieron la oportunidad a Andrés Manuel López Obrador, un Andrés Manuel, que durante la campaña fue diferente al de las de 2006 y 2012, un Andrés Manuel renovado, con temple conciliador, benévolo por momentos e incluso hasta gracioso, todo lo contrario, al Andrés Manuel agitador, provocador y retador que conocíamos.
¿Qué quiero decir con esto?
No es algo nuevo que los políticos de nuestro país, tomen posesión de sus puestos de elección, cargando cierto desgaste, un desgaste “natural”, tomando en cuenta que una campaña electoral implica: descalificaciones, crítica y oposición. En pocas palabras; el famoso “golpeteo político” digno de una campaña.
Pero Andrés Manuel en 2018 parecía inmune a todo ese golpeteo, incluso, entre más lo atacaban sus contrincantes políticos, él se posicionaba mejor entre el electorado. Todo lo anterior a pesar de que algunas de sus propuestas y declaraciones daban más signos de únicamente “golpes al avispero”, repito, dignos de una campaña electoral.
Ayer, el mismo Andrés Manuel hizo realidad uno de aquellos “golpes al avispero”, tal y como lo expresó en conferencia de prensa junto a su futuro jefe de oficina y secretarios de hacienda y comunicaciones y transportes, la construcción del NAIM en Texcoco se cancelará para dar paso a la remodelación del AICM y acondicionamiento de la Base Aérea de Santa Lucía.
Con esta decisión, terminó la luna de miel y la inmunidad, inclusive ha comenzado una especie de separación entre el próximo presidente de la República y diversos sectores de nuestro país, comenzando por la COPARMEX que a través de su presidente, Gustavo de Hoyos, manifestó que López Obrador se comprometió a que la consulta popular se haría con apego a la Ley y les mintió, e incluso dijo que si el NAIM se hacía con recursos privados no tendría inconveniente, y lo exhortó a que “honre la palabra y cumpla lo que dijo” como candidato.
Además, la reacción de los mercados no se hizo esperar, el impacto de la decisión fue instantánea en el ámbito económico; pues nuestra moneda se depreció frente al dólar en cuestión de minutos. Causando incertidumbre a nivel internacional.
En fin… nos encontramos a escasos 31 días de que tome posesión como Presidente Constitucional y AMLO da señales de ser él mismo el provocador del desgaste con el que asumirá la presidencia de la República. Pero su desgaste político es lo de menos, pues lo verdaderamente importante es el brutal desgaste al que está siendo sometido nuestro país con acciones y decisiones como la de NAIM, que únicamente provocarán pérdida de la confianza para atraer inversión extranjera, afectaciones severas al turismo, incertidumbre económica, falta de empleo, afectación al comercio exterior y en su defecto menor recaudación, por mencionar algunas.
La transición “tersa y respetuosa” llegó a su fin, incluso con la sociedad mexicana.
Nos vemos el próximo martes, mientras tanto no olviden que la realidad es multidimensional.
Luis Horacio Arévalo Martínez es Maestro en Seguridad Nacional por el Centro de Estudios Superiores de la Secretaría de Marina – Armada de México.
Twitter: @horacioamtz