Mientras que José Antonio Meade presenta sus planteamientos puntuales en seguridad y anticorrupción, al tiempo que Andrés Manuel López Obrador revela los nombres con quien gobernaría, el precandidato de la coalición PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya, solo se dedica a criticar. Detrás de ello está precisamente el armazón político que respalda al ex líder blanquiazul.
Un recuento que publicó este viernes Político.mx, relata que el otrora “Joven Maravilla” ha ocupado el tiempo de precampaña para hacerse notar con frases muy hechas y no con propuestas.
Asimismo, el dueño de Morena, ya realizó grandes eventos donde presentó a los hombres y mujeres que eventualmente lo acompañarán como su gabinete legal en caso de ganar los comicios de julio próximo. También ha dado a conocer sus propuestas en materia de seguridad y combate al crimen.
Además lanzó la “ideota” de otorgar amnistía a delincuentes y personas relacionadas con las actividades del narcotráfico, con tal de “pacificar” amplias zonas del país y “haya reconciliación”. La polémica y reacciones de todo nivel que surgieron alrededor, opiniones aparte, indican que López Obrador marcó agenda y abrió la discusión.
Por su parte José Antonio Meade, el precandidato de la coalición “Todos por México” de PRI-PVEM-Nueva Alianza. Ya planteó su proyecto para hacer frente a la delincuencia y a la inseguridad, así como una ruta crítica contra la corrupción de servidores públicos; la discusión al respecto está en marcha.
Meade Kuribreña y AMLO están en el ojo público, marcan agenda. Aparecen con propuestas y en eventos multitudinarios donde han dejado ver que si tienen un proyecto claro y definido, donde están buscando convencer a los ciudadanos que su proyecto es mejor.
No es el caso de Ricardo Anaya, quien se ha caracterizado en esta etapa de precampaña por criticar y descalificar a sus oponentes.
Consideró de “idea arcaica” lo de “perdonar a los delincuentes”, como lo plantea Lopitos. Pero no presentó una contrapropuesta concreta.
Luego de hechos violentos en varios estados, recordó que México vivió el año pasado el más violento de los últimos 20 años, por lo que se pronunció por un cambio de estrategia: “más inteligencia y menos balas”. No precisó cómo se haría de manera específica.
Señaló al PRI como “una institución que se muerde la lengua cuando hablan de iniciativas para combatir la corrupción”, ante el planteamiento de Meade.
Se puede entonces definir la precampaña de Anaya como una campaña limitada, sin objetivos definidos y sin propuestas. Realiza actos y recorridos como un gran showman, pero no concreta nada.
No tiene una tarea nada fácil, ya que resulta complicado armar propuestas coherentes cuando se representa a ideologías contrarias. Anaya se complicó solo la existencia, y lo único que ha conseguido es pasar desapercibido ante la sociedad, que ya notó que esta elección es entre Meade y AMLO. ¿Así o más claro?
