El candidato presidencial de la coalición que encabeza Morena, Andrés Manuel López Obrador, reculó –de nueva cuenta– y apoyó la reunión que sostuvo su asesor económico Gerardo Esquivel, con el presidente de Cinépolis, Alejandro Ramírez.
Desde inicios de mes, el político tabasqueño señaló a un grupo de empresarios, entre ellos Ramírez y Claudio X. González, como parte de una “minoría rapaz” que desarrolla una campaña en su contra, y los acusó de reunirse con Ricardo Anaya para tratar de convencer al presidente Enrique Peña Nieto de que José Antonio Meade decline a favor del panista.
López Obrador aseguró que no estaba enterado de la reunión hasta el día de ayer jueves. Sin embargo, calificó el encuentro como un primer acercamiento, aunque informal.
Quien conozca a AMLO no debería de sorprenderse si el tabasqueño le abre las puertas de Morena a quien hace unos días calificaba como “minoría rapaz”… tal como le ha abierto las puertas de su partido a quienes antes calificaba como “mafia del poder”.
No es de sorprender que, luego de las declaraciones de Andrés Manuel en contra de la Iniciativa Privada –a la que acusó de ser responsable de la tragedia por la que atraviesa el país– ahora quiera abrirle las puertas a su movimiento. Y es que “la minoría rapaz” afianzaría más su avance de cara a los comicios del 1 de julio.
Lo que sí sería de llamar la atención es que los empresarios se sumen a AMLO al rendirle pleitesía al candidato de Morena y aplicar el dicho: “si no puedes con el enemigo, únetele”.
Si el tono moderado que adoptado el tabasqueño ante las posiciones radicales que retroceden y hacen creer a los empresarios que el aspirante presidencial cambiará o matizará sus posturas, están muy equivocados.
Andrés Manuel López Obrador no engaña a nadie. Sus posturas sobre el NAICM, las reformas y amnistía a criminales son claras. ¿Se olvidaron los empresarios de las advertencias de Paco Ignacio Taibo II?
