MORENA NO TIENE SEGURA LA CDMX

Para nadie es un secreto que el partido a vencer en la Ciudad de México es Morena.

Sin embargo, más allá de lo atractivo que resulte para los votantes esa empresa familiar, lo cierto es que su candidata, Claudia Sheinbaum no tiene el mismo “empate” que el partido.

Dicho de otro modo, el partido Morena “le queda grande” a la señora Sheinbaum. En sentido contrario también se podría decir que la candidata de Morena a CDMX  “se quedó chiquita” frene al peso de Morena.

Al mismo tiempo, la principal competidora de la candidata de Morena, la señora Alejandra Barrales, empieza a dar signos de una fortaleza impensable

Y es que para salvar a su gobierno y para salvarse él mismo, Miguel Mancera debió legitimar la candidatura de Alejandra Barrales, a quien empujó a un proceso interno que, a querer o no, la hizo crecer en las preferencias de los capitalinos.

Hoy, según encuestas serias y confiables, la distancia entre Claudia Sheinbaum y Alejandra Barrales no es significativa y resultaría fácilmente remontable.

Sin embargo, las dos candidatas enfrentan un serio dilema. Resulta que tanto la señora Sheinbaum como su contrincante Barrales son “más de los mismo”. ¿Y qué quiere decir eso?

Que pertenecen a la misma tendencia que tiene cansados a millones de capitalinos. Las señoras Sheinbaum y Barrales provienen del mismo establo político, el de las llamadas izquierdas.

Pero eso no es todo. En la contienda por CDMX existen tres factores que pocos han visto y que le podrían arrebatar la victoria a Morena.

En primer lugar aparece el candidato del PRI, Mikel Arriola, cuyos números son positivos en cualquiera de las escalas en las que se midan. ¿Por qué?

Por una razón elemental, por que el PRI estaba muerto en la capial del país antes de que llegará Mikel Arriola. Hoy los números del exdirector del IMSS rondan el 12 por ciento de las preferencias y amenazan con seguir creciendo.

El segundo factor es que los partidos Nueva Alianza y Verde van solos en CDMX. ¿Y eso qué significa?

Que al no existir alianza con el PRI, Panal y PVEM tendrán un candidato o candidata propios. Y los votos que conseguirán, por pocos que sean, se los arrebatarán a las izquierdas, en especial a Morena.   

Y l tercer factor es que comenzará a gravitar en la elección de la Ciudad de México el peso específico de los candidatos independientes, que podrían dar una sorpresa de última hora.

Por todo lo anterior, la capital del país –igual que en la elección presidencial- , aun no hay nada para nadie.

Pero lo más interesante es que veremos una verdadera pulverización del voto que podría derribar a Morena.

Al tiempo.