Hace nueve años, Isidro Solís Medina –responsable del secuestro y asesinato de Silvia Vargas, hija de Nelson Vargas–, fue sentenciado a 34 años de cárcel por un crimen que él mismo confesó.
Hoy, Isidro Solís Medina se encuentra libre.
De poco sirvieron las pruebas que involucraron a Solís en el secuestro de Silvia Vargas –y en el de otras personas–, de poco sirvió que una de sus víctimas lo identificara, que el empresario Vargas hiciera una intensa campaña exigiendo justicia; y que otras organizaciones –como Alto al Secuestro de la señora Isabel Miranda de Wallace–; se sumara a los reclamos.
A pesar de todo, el magistrado José Merced Pérez Rodríguez consideró que Isidro Solís Medina debía quedar libre pues durante su juicio se cometieron faltas al debido proceso.
En esta lógica, el también empresario Alejandro Martí, comentó a La Otra Opinión que en estos momentos, el sistema judicial castiga a las víctimas y premia a los victimarios.
Para Martí, los criminales probados son puestos en libertad y las víctimas reciben un castigo doble.
Por eso, en este esquema, los únicos perjudicados son el propio Nelson Vargas y su familia.
Alejandro Martí calificó de lastimoso que el poder judicial –desde la Suprema Corte hasta los jueces–, confundan las leyes y se comporten como han hecho hasta ahora.
Es así que Alejandro Martí dijo que ya no confía en la justicia mexicana.
Para el también activista, la única esperanza queda en el nuevo sistema de impartición de justicia –y los juicios orales–, pues como opera hoy día, el esquema de impartición está podrido, rebasado y no es confiable.
