En una especie de hecho insólito, la Coordinadora Nacional de Trabajadores por la Educación dio a conocer que el próximo miércoles 7 de septiembre se reanudarán las clases en el estado de Oaxaca.
La resolución –dicen los enterados– se tomó debido a la presión que ejercieron las autoridades, los medios de comunicación y los padres de familia.
Además, líderes magisteriales aseguraron que el regreso a las aulas se trata sólo de un cambio de estrategia y no de un repliegue, por lo que no descartan volver a los bloqueos carreteros y movilizaciones si el gobierno no responde a sus demandas.
En este sentido, el dr. Marco Fernández, investigador y profesor de la escuela de Gobierno del Tec. de Monterrey, comentó en entrevista para La Otra Opinión que no es posible fiarse de las declaraciones de la CNTE, pues en el pasado han faltado a su palabra.
“En Michoacán se logró la apertura de casi todos los planteles, pero en Chiapas la Sección 7 sigue indispuesta y continuará en paro, por eso no hay que creer todo lo que escuchamos. Es muy temprano para cantar victoria en Oaxaca”, resaltó el investigador.
Para Marco Fernández es evidente que el magisterio disidente se encuentra cansado tras más de mil días de lucha y por eso fue posible que cedieran en sus peticiones y asegurarán un regreso a clases.
“El movimiento ya está desgastado, por eso quieren abrir el diálogo y volver a la preferencia de la sociedad. En caso de que el gobierno acepte las condiciones, lo ideal sería que las negociaciones no se hagan a puerta cerrada”, aseguró Fernández.
El doctor concluyó que un elemento necesario para ponerle fin al conflicto magisterial es la apertura a la vista pública de los diálogos, pues sólo así se verá la verdadera cara del conflicto.
