NO ME DEFIENDAS COMPADRE…

Reitero lo expresado con antelación: si no fuera porque se trata del presidente de la república y si no fuera porque su decisiones, acertadas o erróneas, afectan a la totalidad de los mexicanos, leer o escuchar las declaraciones de López Obrador en sus conferencias mañaneras, pudiera resultar más divertido que las tiras cómicas o el programa de comedia de más alto rating en los medios electrónicos de nuestro país.

Y es que francamente, uno llega a preguntarse, si los asesores presidenciales, o quienes le escriben los discursos al hombre de la Chontalpa, fueron anteriormente guionistas de vodevil o de comedia televisiva, porque sus argumentos, son para matar de risa.

Veamos: de manera inicial tenemos la historia del compadre presidencial, que providencialmente gana la licitación para libros de texto y que el oriundo de Macuspana afirmó le pediría renunciara a sus ganancias, para no dar pretexto para que lo golpeasen los conservadores. Desde luego esto suena en la teoría muy bien. Solo pierde de vista el presidente, que no existe mecanismo legal alguno para lo que pretende y que legítimamente su compadre tendría argumentos para mandarlo por un tubo, si la licitación la hubiera ganado compitiendo en buena lid. Las pretensiones de López Obrador trasuntan demagogia pura.

Seguidamente, el tema del cerro que recién descubrieron en los terrenos donde pretenden construir el aeropuerto de Santa Lucía, es de risa loca. No es posible que nadie haya visto un promontorio de dos mil metros y que además se asegura, pudiera albergar una pirámide y tener valor arqueológico.

Resulta increíble que los genios de la cuarta transformación hayan considerado la existencia de un lago, donde no lo había y no hayan advertido un cerro de dimensiones semejantes, en los terrenos en que se iba a trabajar.

Para cerrar con broche de oro, la exhortación presidencial para denunciar probables poseedores de riquezas malhabidas, con base al tren de vida exhibido, es una charada digna de lo mejor de la época castrista en Cuba.

Con ello queda manifiesto nuevamente el odio y el rencor social que promueve el régimen lopezobradorista y como persiste en la línea de conflicto y confrontación, que pretende la mal llamada cuarta transformación.

Si a todo lo anterior, añadimos que el presidente viste como pordiosero y su nulo protagonismo y su nula capacidad para transformarse en factor de concordia y unidad, entenderemos cabalmente porque estamos como estamos.

Los periodistas libres no podemos continuar sojuzgados por los dicterios de un individuo tan limitado y con tan escasa lucidez mental e intelectual. Tales circunstancias nos hacen voltear inevitablemente a lo sucedido anteriormente en la época cristera y a deplorar entonces, como ahora, la falta de sensibilidad y sentido común del presidente de la república. Ojalá la sangre no llegue al río.

Lo que es un hecho, es que muy a la mexicana, López Obrador bien podría proferir la mexicanísima expresión: no me defiendas compadre, deseando que la cantidad de pifias y tropiezos de su equipo de subordinados, no se convierta en una losa que termine sepultando el proyecto político de la cuarta transformación.

 

Dios, Patria y Libertad