No son suficientes las muestras de solidaridad

Las reacciones por los acontecimientos de Francia no se han hecho esperar, y mientras los terroristas han circulado varios vídeos amenazando con más ataques, la sociedad de hackers Anonymous declaró, también por medio de un vídeo, una guerra cibernética en contra del Estado Islámico.

“Anonymous los perseguirá por todo el mundo. Ustedes deben saber que los encontraremos y no los dejaremos escapar”, aseguró el grupo.

Y ante el mensaje de los llamados ciberactivistas, vale preguntar: ¿de qué servirá un ataque cibernético ante un problema que rebasa el ámbito del mundo digital?

Además, en varios puntos del planeta se han realizado actos de solidaridad ante los ataques.

Por ejemplo, en la cumbre del G20, con sede en Turquía, a las 12 horas de Francia se tuvo un minuto de silencio por las víctimas.

También hubo muestras de empatía en Fráncfort, Alemania, durante el congreso financiero “Euro Finance Week”.

Donde también se guardó un minuto de silencio fue en Londres, durante un entrenamiento de la selección inglesa de futbol; en Luxemburgo, en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea; y en Wall Street, por parte de los trabajadores de la bolsa.

Además, a lo largo del fin de semana, en otros sitios emblemáticos de las capitales del mundo, los monumentos se iluminaron con los colores de la bandera de Francia.

Bien por esas muestras de solidaridad, sin duda que merecen un aplauso; sin embargo, como ya lo hemos dicho antes, esas acciones por parte de la comunidad internacional no son suficientes.

No basta con guardar silencio durante 60 segundos; no basta con una amenaza cibernética que poco podrá dañar a un grupo tan perfectamente organizado como lo es el Estado Islámico.

No basta con un hashtag o con cambiar la foto de perfil de Facebook para mostrar compasión ante la tragedia.

Y no es suficiente la respuesta que ha tenido la sociedad general, los organismos internacionales y los propios gobiernos ante los ataques terroristas.

No, lo que se debe hacer es repensar las estrategias y cambiar lo que hasta ahora se ha venido haciendo mal. Y que la sociedad en su conjunto siga exigiendo acciones concretas por parte de los que juraron trabajar para construir mejores lugares donde vivir.