Parece que la mafia de los taxistas continúa en la lucha por defender su monopolio.
Luego de que el gobierno del Distrito Federal y la Secretaría de Movilidad anunciaron el lanzamiento de una aplicación tipo Uber para 130 mil taxistas que operan en el Distrito Federal, un sector de éstos se inconformó y advirtió que no participarán en ella.
“El problema de fondo nunca han sido las aplicaciones; otorgar a los taxistas aplicaciones móviles no abona a resolver el problema, por el contrario valida la ilegalidad con la que operan Uber y Cabify”, declaró Daniel Medinas, vocero de los Taxistas Organizados de la Ciudad de México (TOCDMX). A los ojos de Medinas, los intentos del GDF por modernizar el pésimo servicio que brindan muchos de los taxistas son una “cortina de humo” para ocultar la ilegalidad de Uber, Cabify y otras aplicaciones.
Sin embargo, lo que el vocero de los taxistas no dice es que tanto Uber, como Cabify cuentan ya con una regulación autorizada por el Gobierno de Miguel Ángel Mancera, por lo que esa “ilegalidad” no existe; tampoco dice que, a diferencia de los servicios de Uber y Cabify, el que ofrecen muchos taxis sigue careciendo de un mínimo de calidad y que, hasta el momento, poco o nada han hecho para mejorarlo; y menos dicen que, con la llegada de una posible aplicación que los regule, se ven en riesgo las abusivas tarifas nocturnas y los taxímetros truqueados que cobran a discreción.
Así, nos preguntamos, ¿qué buscan los arcaicos taxistas, renuentes al cambio como pocos sectores?, ¿quieren recuperar el monopolio que tuvieron hasta hace unos meses?, ¿o será que, a estas alturas, ya sólo les importa mantener las prácticas abusivas que tantos beneficios les dejan?, ¿por qué, entre sus quejas, no dan una sola propuesta para mejorar su servicio?
