Palo al chavismo; palo a Maduro

Parece que el pueblo al que Nicolás Maduro –guardián de lo que queda del chavismo– dice representar lo ha abandonado.

Pues, luego del palo que Maduro y su partido recibieron ayer domingo en las elecciones parlamentarias, todo indica que la dictadura chavista y el supuesto socialismo del siglo XXI tienen los días contados.

Como indicaban las encuestas previas a los comicios, la oposición venezolana –aliada en la Mesa de la Unidad Democrática– dio tremenda paliza al partido oficial. Según los primeros resultados, la MUD habría obtenido 103 diputados contra  46 del Partido Socialista Unido de Venezuela –fundado por Hugo Chávez y comandado por Maduro–; sin embargo, aún quedarían 22 diputaciones más por adjudicar, de las cuales el MUD podría quedarse 13 y llegar así a 116 escaños.

¿Y qué significa todo esto?

Es claro: que, tras 17 años de un congreso en manos de los chavistas, Venezuela –al fin– tendrá un poder legislativo capaz de acotar los excesos del tirano Nicolás Maduro. Y significa, sobre todo, que el pueblo venezolano comienza a saltar del barco chavista que, desde años atrás, comenzó a hacer agua por todos lados.

Y es que luego de la severa crisis alimentaria y de la escasez de productos básicos; luego de la inflación exorbitante y de la descarada persecución de opositores; y luego de la feroz censura y de la supresión de derechos humanos fundamentales; resulta lógico y hasta predecible que los venezolanos votaran, quizá no a favor de la oposición, pero sí en contra de un régimen bajo el que se ha derrumbado el país.

Cabe agregar que en los comicios participó cerca de 75% del padrón electoral, cifra que, para una elección parlamentaria, es altísima.

Los resultados, por supuesto, no gustaron al dictador, quien en un mensaje reconoció la derrota, pero aseguró que fue producto de la “guerra económica” y que la victoria del bloque opositor es una “contrarrevolución”.

Y a la pena de Maduro se unió el gobierno de Cuba, uno de los principales beneficiarios de la “revolución bolivariana”. En un mensaje publicado en el periódico oficial, el Granma, Raúl Castro envió su sentido pésame. “Estimado Maduro: He seguido, minuto a minuto, la extraordinaria batalla que han dado y escuché con admiración tus palabras. Estoy seguro de que vendrán nuevas victorias de la Revolución Bolivariana y Chavista bajo tu dirección. Estaremos siempre junto a ustedes”, se lee en el escueto mensaje de apoyo. 

En el otro lado del tablero político, la oposición  no tardó en sonar las campañas del triunfo.

El gobernador del estado Miranda y uno de los principales líderes de la oposición, Henrique Capriles Radonski, celebró los resultados y dijo que el mandato era claro: “sacar a Venezuela de la crisis histórica”, y aclaró que no habrá persecuciones. “La mayoría calificada no es para perseguir sino para que se respete la institucionalidad”.

Lilian Tintori se sumó a la alegría y advirtió que no descansará hasta liberar a todos los presos políticos del régimen chavista, entre los que se cuenta su esposo, Leopoldo López, otra de las caras más visibles de la oposición. Cabe agregar que ahora que el MUD cuenta con la mayoría en el legislativo se abre la puerta a la aprobación de una ley de amnistía que deje ponga en libertad los opositores encarcelados por Maduro.

En el plano internacional, el presidente de Colombia y rival de Nicolás Maduro, Juan Manuel Santos, felicitó a Venezuela por haber realizado unas elecciones tranquilas, pacíficas y transparentes. “Colombia se congratula de este paso importante de la democracia venezolana y hacemos votos para que ese necesario diálogo entre gobierno y oposición, hoy representado en el Ejecutivo y Legislativo, se dé de forma constructiva”, dijo Santos.

Y el presidente de Bolivia, Evo Morales, atendiendo al dicho popular –”cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar”–, llamó a una reflexión profunda. “Los resultados (en Venezuela) deben convocar una profunda reflexión para ver cómo podemos defender nuestra revolución democrática”, declaró el mandatario boliviano.

Así, la derrota del chavismo en Venezuela es una prueba más de que la izquierda populista pierde fuerza en América Latina. Hace semanas cayó Cristina Fernández en Argentina y hoy Maduro se tambalea. ¿Cuánto tiempo les queda a los regímenes de Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador?