Para AMLO, con amor: Trump

En los últimos días se ha hablado mucho de la posibilidad de la intervención rusa en el proceso electoral en México. Y, sin duda es algo a lo que hay que poner mucha atención, pues hay precedentes de diversos grados de intervención, en Estados Unidos o en Cataluña, por citar sólo dos casos.

Sin embargo, hay un riesgo de intervención del que poco se ha hablado y que puede tener mucho más impacto que los bots de sitios rusos: la del presidente de Estados Unidos.

Ayer comenzaron las conversaciones de la sexta ronda de la renegociación del TLCAN que se van a prolongar hasta el lunes 29 de enero. Y, de hecho, ya se comenta de una próxima ronda, la séptima, en febrero.

Hace poco más de una semana, incluso, el presidente Trump habló de la necesidad de ser flexible en la negociación del Tratado debido al proceso electoral que existe en México.

Sin embargo, pocos días después arremetió duro contra nuestro país y el pasado jueves 18 de enero dijo que sin muro no habría trato. Algunos piensan que se refirió al acuerdo en materia de migración, pero también pudo referirse al TLCAN.

El hecho es que la posibilidad de que Trump anuncie la salida de Estados Unidos del Tratado en las próximas semanas no ha desaparecido, pese a las presiones que se han ejercido allá y la posición de México en el sentido de que nuestros negociadores se levantarán de la mesa si eso sucede.

¿Qué pasaría si esa decisión se toma en algún momento previo a las elecciones del 1 de julio?

Lo más probable es que el impacto inicial sería sobre el tipo de cambio, que se iría nuevamente para arriba y generaría presiones inflacionarias.

Pero habría más. Seguramente la condición de incertidumbre que se gestaría daría lugar a un freno de las inversiones hasta que hubiera mayor claridad en las consecuencias de un entorno sin TLCAN.

¿Qué candidato presidencial podría capitalizar mejor esa circunstancia?

A mi parecer, López Obrador.

Por dos razones. La primera es que en esa condición crecerían las tendencias antisistema en el electorado mexicano, que AMLO encarna mejor que nadie.

Y la segunda es que aparecerían también corrientes antinorteamericanas en México, que verían con buenos ojos un discurso como el de López Obrador.

Si ya de por sí, AMLO tiene amplia ventaja en la mayoría de las encuestas publicadas entre diciembre y enero, un escenario de colapso de las negociaciones del TLCAN y salida de EU en un horizonte de seis meses, me parece que sería entregarle la elección en charola de plata.

No es imposible que uno de los factores que hasta ahora haya contenido los impulsos de Trump para salir del TLCAN sean las implicaciones electorales en México de una decisión de esa naturaleza.

Pero, como es de sobra conocido, el presidente de Estados Unidos es impredecible, y en un contexto como el que ahora vive, con un ‘cierre de gobierno’, que comenzó el sábado por la falta de acuerdo con los demócratas, sus reacciones no pueden anticiparse con certeza.

Pocas veces un presidente de Estados Unidos había tenido en sus manos influir de manera tan determinante en la elección presidencial mexicana, como lo puede hacer Trump en esta ocasión.

Rusos o no rusos, más vale que también nos preocupemos por lo que puede venir desde la Casa Blanca.