Percepción puede tirar a una nación: Meschoulam

Dice la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana –que realiza el INEGI–, que en septiembre de 2015, el 68 por ciento de la población de 18 años o más consideró que vive en una ciudad insegura.

El 73.2 por ciento, asegura que ha sabido de robos y asaltos en su colonia; el 57.6 por ciento denuncia vandalismo y el 23 por ciento dice que los disparos de arma de fuego son cosa común en su lugar de residencia. ¿Qué significa todo esto?

En opinión del Doctor Mauricio Meshoulam –experto en estudios de paz–, lo que preocupa a los mexicanos no son las cifras, los indicadores, las gráficas o las tablas, lo que quita el sueño a los ciudadanos es la sensación de estar seguros.

Y es que, según sus estudios, las experiencias de una persona son las que afectan su percepción. Es decir, que independientemente de lo que dicen los medios, las autoridades o las organizaciones civiles; a los ciudadanos de a pie les preocupa saber de un robo en su cuadra o de ver a un descuartizado en la calle. Para Mauricio Meshoulam, basta un delito para que los ciudadanos se sientan inseguros.

La incidencia delictiva, continuó el experto, podría ir a la baja y los delitos de alto impacto podrían ser menos que nunca; no obstante, si una persona se siente insegura o las versiones de personas cercanas la hacen sentir insegura; entonces la percepción de violencia seguirá siendo elevada.

El Doctor Meshoulam explicó que el temor y la sensación de inseguridad incrementan la irracionalidad con que actúa y decide el ser humano. O si lo prefiere, que el miedo y el estrés colectivos son capaces de sembrar la sicosis y de alterar la calma en una calle, en una colonia o incluso en una delegación o municipio.

En esta lógica, Mauricio Meshoulam señala que el fenómeno de la percepción de violencia es un problema distinto pero no ajeno al combate a la violencia. En otras palabras, que además de reducir la incidencia delictiva, es indispensable que las autoridades diseñen políticas públicas para atenuar el efecto social de la violencia. De lo contrario, por más estrategias, por más policías y por más programas de seguridad que se implementen, si la percepción de violencia se mantiene, la solidez de la autoridad seguirá estando en riesgo.