Política y show son lo mismo para Morena

¿Qué es saber gobernar? ¿La popularidad televisiva tiene que ver con el conocimiento de las necesidades de los vecinos y con tener propuestas para solucionarlas?

Si Morena fuera un partido al que realmente le importara ayudar a la población, no hubiera empleado como estrategia para captar votos el usar a personas famosas que simplemente no tienen ni la más remota idea de cómo se debe gobernar.

Pero los expertos electorales de Morena lo son en ganar elecciones, acaso, pero no son responsables de lo que hacen, si no de obedecer sin ética los ímpetus dictatoriales de quienes les pagan.

Como ha dicho el filósofo y psicoanalista lacaniano Slavoj Žižek: “Los expertos son, por definición, los sirvientes de aquellos que están en el poder: en realidad no piensan, solo aplican sus conocimientos a los problemas definidos por los poderosos”.

No son casos aislados. Son bastantes los personajes que Morena tomó de la fama, para llevarlos al poder, para ponerlos al frente de una responsabilidad para la que no están preparados.

Ya era suficiente con el caso de Cuauhtémoc Blanco, a quien nadie debe restarle méritos como futbolista, pero otra cosa muy distinta es ser gobernador.

Erick “el Terrible”, Morales, es otro ejemplo. Pudo vencer a Manny Pacquiao, ese “come mexicanos”, ok, se le aplaude. Pero ahora está como diputado federal por el Distrito 7, de Tijuana, Baja California. ¿Sabrá cómo representar a la gente? Se debe sentir como se sintió su primer día en un gimnasio de box, como el día que llegó a pegarle a la pera loca por primera vez. Igual de destanteado.  

Pero el ejemplo más notorio y que más polémica ha causado, es el de Sergio Mayer, quien ha sido nombrado como presidente de la Comisión de Cultura de San Lázaro. Difícil de aceptar. ¿Qué idea de la cultura tienen quienes lo pusieron ahí? La cultura no tendría por qué verse asociada ahora a los shows con poca ropa. Y a una ortografía pésima. Esto es penoso.   

Si bien es cierto que los ciudadanos estamos cansados de los políticos “profesionales” -que sólo se han profesionalizado en despelucar las arcas públicas-, es un abuso aprovechar el nivel de conocimiento que tiene alguien en un área muy distinta a la de la política, para lograr que la gente vote por un candidato.

Una vez que están ahí esas personas “populares”, ¿qué sigue? Sigue que el país y sus grandes temas pendientes quedan en manos de gente sin preparación, de amateurs, cuya curva de aprendizaje es muy cara y también se paga con nuestros impuestos.

Si pagamos impuestos, tenemos derecho, todo el derecho de exigir  poder ser gobernados por gente no improvisada.

Hay una tendencia a la desprofesionalización de la política. Los argumentos de que cualquier ciudadano tiene derecho de contender por un cargo de elección popular, no son válidos en este caso. Porque si bien el derecho está garantizado por la Constitución, para todos, no todos tienen la capacidad, el profesionalismo, la trayectoria.

Como ha declarado el francés Gilles Lipovetsky: “La política hoy se considera una profesión, ya no quedan ideologías globales”. Es correcto, y por lo mismo es irresponsable que legisle quien no tiene un solo día de formación política… Ni ideología alguna… ¿Qué los mueve? Narcicistas del poder…

Poner gente mediática sólo para triunfar en las urnas a cualquier costo, también responde a una lógica más bien perversa: aprovecharlos doblemente, al primero usarlos por su fama, para obtener votos, y luego aprovechar su vulnerabilidad por su desconocimiento y falta de preparación, para manipularlos, para usarlos como simples alfiles.

Poner gente famosa e improvisada a gobernar, es tan absurdo –e irresponsable- como consultar al “pueblo bueno que no se equivoca” sobre el NAICM. Las dos cosas se las debemos a Morena, para quien la política es un show.

@raultortolero1