¿Por qué apoyar a México ante las agresiones de Trump?

El presidente mexicano está obligado a asumir una postura clara y propia de un estadista, alejada del aldeanismo tropical, para ganar el respaldo de todos los mexicanos en la crisis con el vecino del Norte.

No es novedad que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump amenace a todo aquel que se interpone en su camino. Fiel a su estilo bravucón, el magnate ha centrado su ataque contra un par de sus enemigos favoritos, los mexicanos y los medios, entre otras naciones del medio oriente y Asia.

Como recuerdan, hace semanas, Trump inició un conflicto comercial con China que amenaza con escalar a magnitud global y que pone en riesgo las economías de todo el mundo.

Así, mientras los líderes de las dos potencias –Estados Unidos y China–, buscan los instrumentos más eficaces para afectar o entorpecer los planes de su adversario, el resto del mundo se preocupa por no convertirse en el daño colateral de esa guerra comercial.

Sin embargo, tal parece que ese brote de la “rabia trumpista al estilo de Hitler” tocó a las puertas de México y la noche del pasado jueves, el presidente norteamericano amenazó con imponer aranceles de un 5 y hasta más del 20 por ciento a los bienes provenientes de México, los que subirían hasta que cese el flujo de inmigrantes ilegales –que llegan por México–, hacia su país.

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Como bien lo dijo el economista Paul Krugman al hacer referencia al conflicto que tiene Trump con China, “el conflicto comercial es básicamente una venganza personal de Trump, a la que puede dedicarse debido a que las leyes internacionales de Estados Unidos en materia de comercio le otorgan al presidente una gran discrecionalidad para imponer aranceles por diversos motivos; por ende, la predicción de las políticas comerciales tiene que ver con descifrar qué está pasando por la mente de un hombre”.

Trump es un líder complicado que, cuando hace “berrinches”, manda tuits sabiendo que tendrán un impacto en los mercados financieros y de esta forma tiene una mayor ventaja para ejercer presión. Y esa presión ahora le ha tocado a México.

Está claro que la amenaza de Trump contra México, es parte de la campaña electoral adelantada del presidente norteamericano y que México es una suerte de sparring para que Trump se muestre ante electorado de su país como un defensor de los valores norteamericanos que, según el presidente de EU, ponen en peligro los migrantes que llegan por México.

Por eso las amenazas, los insultos y las ofensas. Y también por eso resulta urgente que el gobierno mexicano, el presidente López Obrador y su partido cumplan su palabra y respondan a Trump de la manera en que prometieron cuando buscaban el voto.

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Es decir, es urgente que el presidente Obrador muestre firmeza, talante y talento para responder a un gobierno que no respeta la vecindad y menos los principios elementales de la diplomacia.

Y también por eso, el presidente mexicano está obligado a asumir una postura clara y propia de un estadista, alejada del aldeanismo tropical, para ganar el respaldo de todos los mexicanos en la crisis con el vecino del Norte.

Y es que más allá de las diferencias con el Gobierno y con las posturas del presidente López Obrador, en La Otra Opinión rechazamos las groseras amenazas del presidente Trump, no aceptamos las agresiones a nuestro país y creemos que es momento de cerrar filas en torno a la institución presidencial y respaldar las instituciones del Estado Mexicano.