Hay quienes piensan que los partidos políticos ya no podrán ejercer un verdadero contrapeso para las decisiones que ponga en marcha el nuevo Gobierno federal, pues ese espacio está siendo reemplazado por la misma ciudadanía, a través de un mensaje con actitud crítica y concisa compartido por redes sociales.
En estas últimas dos semanas, lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador creía era su mejor arma, las redes sociales se han convertido en el escenario principal para articular movimientos de protesta hacia su gobierno.
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Porque el pueblo –que votó o no por él– se ha organizado en su contra para recordarle que las “benditas redes sociales” no son incondicionales. Y muchas de esas voces hablan del arrepentimiento de haber votado por él. Y son voces importantes, sin duda.
En las últimas dos semanas, hemos sido testigos de cómo las redes sociales bombardean con todo tipo de información acerca de la actuación del gobierno de López Obrador ante la libertad de expresión, y las críticas hacia las decisiones de recientes hechos.
Tal es el caso de cómo la presión mediática en redes sociales, logró que dos subdirectores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) fueran separados de sus cargos por no tener los requisitos suficientes para ocupar el puesto.
La comunidad científica, al conocer que David Alexir Ledesma, quien aún cursa el tercer semestre de la licenciatura de Comunicación y fuera asesor de discurso de Dolores Padierna, fue nombrado como el nuevo subdirector de Comunicación del Conacyt, a través de redes sociales, expresaron su molestia con mensajes de agravio hacia el gobierno.
Otro caso, fue cuando el diario Reforma reveló que dos integrantes del gabinete presidencial, omitieron información en su declaración patrimonial, lo que ocasionó que varios usuarios en redes sociales comenzaran a atacar, con textos, videos o memes, a los funcionarios y por ende, al presidente de la República que tanto los defendió.
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Estos son tan sólo unos ejemplos de cómo las “benditas redes sociales” han ocupado un espacio relevante en la discusión de la política, y cómo poco a poco y con el tiempo se han convertido en el mayor contrapeso del gobierno.
¿López Obrador será tolerante con las críticas generadas en las redes sociales? o ¿Todo aquél que lo contradice terminará siendo “fifí” o parte de la “mafia de las redes sociales”?
