Casi como un niño al que no le cumplen los caprichos, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó la mañana de este lunes que muy pronto revelará el nombre de los jueces que dieron el visto bueno a los amparos en contra de obras como el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya, pues considera que se trata de “amparos indebidos”.
Y es que más bien parece venganza para todos aquellos que no concuerdan con la idea de edificar los proyectos sin fundamentos ecológicos o legales, dejando claro que no sólo empresarios “fifís” se oponen a ellos sino varios vecinos y protectores ambientales han entregado fundamentos para evitar que continúen las construcciones.
No obstante, el presidente quiere utilizar su poder para frenar algo que, cabe resaltar, se encuentra totalmente avalado por la ley, a diferencia del oficio que pretende enviar al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, y de la exposición de los nombres de los jueces que permitieron dichos amparos.
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Hay que dejar en claro que México es un país que se rige por tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y sólo en el segundo es donde Obrador tiene toda la autoridad mas no en el primero en donde, “de manera respetuosa”, pretende intervenir para que “lo dejen de molestar” con amparos ya autorizados.
