¿Qué cuentas entregan los gobernadores salientes?

A horas de la elección del cinco de junio, viene a cuenta preguntar, ¿qué cuentas entregan los gobernadores que van de salida? O si lo prefiere, ¿qué tan bueno –o malo– fue el desempeño de los mandatarios que dejarán sus cargos?

Por ello, en La Otra Opinión platicamos con Valeria Moy –directora general del observatorio México, ¿cómo vamos?–, para llevar a cabo un diagnóstico general de los principales indicadores económicos de los estados con elección. Esto fue lo que nos dijo.

Aguascalientes

Es uno de los estados con mejor desempeño. Su crecimiento es del doble de la media nacional y el Producto Interno Bruto por habitante se encuentra, también, sobre el promedio del país.

La generación de empleos es mayor a los requerimientos de la población y tanto la pobreza como la deuda y la informalidad han crecido.

Aguascalientes es la muestra de que es posible hacer bien las cosas y entregar buenos resultados.

Además, en esta entidad se demuestra que los resultados de una buena gestión no se ven en el corto plazo. O si lo prefiere, que las buenas noticias de Aguascalientes son el resultado del trabajo constante desde hace 10 ó 20 años.

Chihuahua

Si bien el nivel de crecimiento es aceptable –4.2 al año–, lo cierto es que el estado no crece tanto como debe. En consecuencia, el Producto Interno Bruto por persona está por debajo de la media.

Y a pesar de que la informalidad y la pobreza han disminuido, la deuda se duplicó en los últimos cinco años. Es decir, que la adquisición de deuda –en absoluta opacidad–, reduce el impacto de los otros indicadores que son, en su mayoría, positivos.

Durango

Se trata de un estado gris, que crece menos que el promedio nacional, no genera ni la mitad de los empleos que requiere y a pesar de que la pobreza se redujo, crecieron la informalidad y la deuda.

Hidalgo

Es otro de los estados que crece por arriba del promedio pero abajo de lo que requiere. Y es que su PIB per cápita es de 97 mil pesos –casi 40 mil pesos inferior a la media nacional–; lo cual quiere decir que el estado demanda un crecimiento mayor, más generación de empleo y reforzar el combate a la pobreza y a la informalidad.

Oaxaca

Igual que Hidalgo, crece al mismo ritmo que la media nacional pero –como ocurre en otras entidades– genera una cuarta parte de los empleos que requiere, su informalidad está desbordada –tres de cuatro empleos son informales–, y tanto la deuda como la pobreza crecieron en esta administración. Oaxaca es la estampa del abandono.

Puebla

No crece al ritmo que necesita y sus niveles de informalidad son enormes. Además, creció la deuda pública y aumentó la pobreza. La evaluación no es buena.

Quintana Roo

Presenta un buen ritmo de crecimiento, de PIB por persona y un nivel de ocupación aceptable. No obstante, igual que pasó en Chihuahua, la deuda creció dos puntos porcentuales y lo hizo en absoluta opacidad.

Sinaloa

El crecimiento no es sorprendente –apenas por encima de la media nacional–; eso sí, la generación de empleo está cerca del nivel óptimo. El problema con Sinaloa es que tanto la deuda como la informalidad han crecido y el estado arrastra una pobreza laboral significativa.

Tamaulipas

El escenario no es tan malo. Crece menos que la media nacional pero su PIB per cápita es mayor que el del promedio del país. Y es que en Tamaulipas –gracias a su frontera con EEUU y el acceso al Golfo de México–, pasa una tercera parte del comercio del país; es decir, que la ubicación geográfica rescata al estado.

Tlaxcala

A pesar de crecer al 3.4 anual, su PIB per cápita es de 72 mil pesos –uno de los más bajos del país–, y es que Tlaxcala no crece al ritmo que necesita. El estado se encuentra muy lejos de su meta de generación de empleos y a pesar de tener una deuda de cero pesos, la informalidad lastima al 70 por ciento de su población ocupada.

Veracruz

Sin duda, el foco más rojo de la elección.

Todos los indicadores están por debajo de la media nacional. Es decir, que no se crea empleo, el estado no produce, la gente labora en la informalidad y en consecuencia, la entidad no crece.

Zacatecas

Un estado promedio.

Crece al mismo ritmo que el país pero su PIB per cápita es reducido. Tiene problemas para generar empleos y, como resultado, la informalidad es del 55.4 por ciento. La deuda, además, creció significativamente en este sexenio.