Que no soy machista…

30 de noviembre

Querido Diario:

Estoy agotado. Este fin de semana estuve en cinco municipios de Tlaxcala. Tenía que demostrar que no soy machista y por eso invité a esta señora… Martha Palafox y claro, a mi mujer.

Tú sabes que yo prefiero viajar solo. Me gusta ser el centro de atención, pero esta vez necesitaba ayuda. Tengo que acabar con la fama de misógino que quieren embarrarme.

Sin embargo, otra vez las guajolotas del partido azul. Las de siempre. Lo mismo.

En fin. Este fin de semana hablé también con legisladores de Morena, y como su líder les dije que es nuestro deber oponernos a todo lo que los diputados de los bandos enemigos quieran aprobar. A todo. No hace falta que te recuerde que nos encanta llevar la contra. Sobre todo a mí. Me fascina.

¿Es de locos disfrutar cosas así? ¿Está mal que me guste tanto decir que no a todo? ¿Quejarme de todo? ¿Culpar al Estado de todo? ¿Señalar a todos sin pruebas, sin propuestas, sin soluciones? ¿Es de locos?

Pero no todo fue trabajo. Ayer pasé la noche en casa.

Estaba con mi mujer. Ella quería ver una película. Yo quería ver una serie. No sé cuál. Sólo quería llevar la contra.

Echamos un volado. Perdí. Echamos otro volado. Volví a perder. El tercero también le favoreció. No pude con la presión. Me enojé. Peleamos. Me fui.

Parece que esa es la historia de mi vida, Diario.

Parece que las mujeres tienen algo en mi contra. ¿Por qué será?