Debido a los constantes apagones de luz, un grupo de manifestantes enfurecidos quemó la estatua de Hugo Chávez, en Sabaneta, pueblo natal del finado líder y ex presidente venezolano, ubicado en Barinas.
De manera casi inmediata, el Servicio Bolivariano de Inteligencia, la policía política del régimen que lidera Nicolás Maduro, se llevó detenidos a los activistas Manuel Artiles, Asciel Jiménez y Cristofer López, además del directivo de la emisora Planeta y ex alcalde de la localidad, Gilberto Téllez, por “instigar los desórdenes“.
Barinas, como otras zonas occidentales del país caribeño como Táchira, Mérida, Trujillo y Zulia, son sometidas a un severo régimen de racionamiento eléctrico, que en algunos casos llega a las siete horas, lo que ha desatado la ira popular.
En algunos casos, los cortes de luz van acompañados de racionamiento de agua o insuficiencias en el servicio de gas, por lo que en muchos pueblos se han registrado prolongados enfrentamientos con la policía.
El argumento de Luis Motta, ministro de Energía, es que ha llovido poco en aquellos parajes y que tal circunstancia afectó el nivel de agua en los embalses que alimentan la generación de electricidad.
Mientras tanto, líderes venezolanos, tales como el dictador Nicolás Maduro o bien, sus simpatizantes en México, como Gerardo Fernández Noroña, aseguran que el país sudamericano se encuentra en calma y no hay crisis.
Lo cierto es que hay un evidente deterioro de los servicios y una preocupante situación en Venezuela, lo que ocasiona que las quemas, pintas y profanaciones de las estatuas de Hugo Chávez sean cada vez más frecuentes.
