Reinserción social fallida; Reforma 222, un caso más a la cuenta

Este acontecimiento no es más que la muestra de que la justicia y el sistema penal siguen sin funcionar y siguen sin cumplir con una de sus principales consignas: la reinserción social.

El agresor de la mujer que murió luego de tres disparos en Reforma 222 el lunes pasado, Óscar Alejandro Munguía estuvo preso en un penal de Veracruz, también en los Reclusorios Norte, Sur y Oriente, de la Ciudad de México.

Poco importó. El día de hoy una persona está muerta gracias a que un hombre estuvo preso en cinco ocasiones, pero finalmente siempre quedaba en libertad.

Aunque ella murió, hasta ayer por la noche, él hombre de 37 años de edad permanecía grave en el hospital Rubén Leñero, acusado de feminicidio.

De acuerdo con las fichas de antecedentes criminales, el hombre estuvo preso en el 2001, 2002, 2004 y 2012, por robo, robo en pandilla y robo de auto.

El “angelito” ingresó por primera vez a la cárcel cuando tenía 18 años. En 2001 estuvo en el Cefereso de Veracruz para ser trasladado unos meses después al Reclusorio Sur de la capital del país, acusado de robo calificado.

Fue sentenciado a 6 años de prisión, pero dejó la cárcel en poco tiempo debido a que era primodelincuente.

Ingresó en 2004 al Reclusorio Norte por robo de auto, delitos patrimoniales y robo calificado. Ese mismo año dejó la prisión, pero regresó al mismo penal y por los mismos delitos. La historia de este sujeto sería un bucle interminable hasta 2017.

¿Dónde está el trabajo de reinserción social y la justicia?

Mientras que se implementan programas y operativos en las cárceles de la Ciudad de México, en cuanto a vigilancia y el subsecretario de Sistema Penitenciario capitalino, Hazael Ruiz Ortega, apuesta por 35 mil custodios de vigilancia.

En este espacio creemos que de nada servirían miles de vigilantes si en el sistema penitenciario permea la corrupción.

De nada sirve que se invierta en instalaciones antifugas –ni que se tenga una planta de empleados enorme–, si las cárceles siguen operando como hasta ahora.

Este acontecimiento no es más que la muestra de que la justicia y el sistema penal siguen sin funcionar y siguen sin cumplir con una de sus principales consignas: la reinserción social.