La semana pasada no fue la mejor para la jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, pues dos marchas pusieron en entredicho su estrategia de seguridad ante los actos vandálicos que se suscitaron en tales movilizaciones.
El pasado jueves 26 de septiembre, se conmemoró el quinto aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, por lo que se convocó a una manifestación para pedir que el gobierno encuentre a los jóvenes; sin embargo todo se volvió a salir de control cuando un grupo de encapuchados comenzó a realizar destrozos en varios puntos de la ciudad, incluyendo Palacio Nacional, sí, donde vive el presidente.
Pero ahí no terminaría la historia, pues el sábado 28, en el marco del Día a favor de la legalización del aborto, la llamada “Marea Verde” convocó a una nueva manifestación la cual tenía un objetivo por demás plausible; pero ahora un grupo de encapuchadas comenzó a realizar pintas, romper objetos y hasta quemar un acceso de la Cámara de Comercio capitalina.
Bueno, el común denominador de todas las marchas que se han efectuado durante la administración morenista es que varios individuos realizan destrozos —incluso hasta agraden a los uniformados— pero no hacen nada para contenerlos.
Aunque el secretario de Seguridad, Jesús Orta, ya adelantó que tienen listo el operativo para la marcha que se ha convocado para el próximo miércoles 2 de octubre.
Sin embargo, en la mañanera de este lunes el mandatario Andrés Manuel López Obrador propuso algo que raya lo absurdo, pues solicitó la cooperación de los ciudadanos para que conformen “cinturones de paz”, mismos que acompañarán la marcha del miércoles, con la finalidad de controlar la irrupción de infiltrados y vándalos, así como cualquier intento de saqueo pintas, incendios o agresiones.
Con ese tipo de ideas que expresa AMLO, Sheinbaum Pardo ha de decir “no me ayudes compadre”.
