La intención de postular a Napoleón Gómez Urrutia, ha generado una serie de controversias entre los militantes de Morena y de personas allegadas a AMLO, como la coordinadora de campaña del tabasqueño, Tatiana Clouthier quien se mostró sorprendida y sin respuestas ante el indulto al líder minero
Tratando de matizar esta respuesta, Clouthier desestimó varias de las acusaciones a Gómez Urrutia eran parte de una “persecución política” orquestada por el gobierno mexicano, y que además, muchos sindicatos extranjeros ven la postulación de Gómez Urrutia con buenos ojos, por su lucha a favor del gremio minero.
Y puede que a Clouthier no le falte razón. La senaduría de Napoleón Gómez Urrutia podría beneficiar a empresas extranjeras. Sobre todo, por sus nexos con compañías mineras de Canadá.
Gómez Urrutia ha sido señalado como defensor de los intereses de las mineras canadienses. Por eso su exilio en ese país y su obtención de la ciudadanía pese a contar con una ficha roja de la Interpol.
¡Quién lo hubiera pensado! El supuestamente nacionalista líder mesiánico reparte candidaturas con base en los intereses de empresas y sindicatos extranjeros.
A AMLO también le beneficia que Gómez Urrutia sea parte de su lista de candidatos al Senado, pues en septiembre pasado fue respaldado por Unifor, –el sindicato más grande de esta nación– que incluso pidió al estado mexicano diera las garantías necesarias para el retorno del líder minero a nuestro país, según detalló en un comunicado Jerry Dias, presidente de esta central obrera canadiense.
Lo más interesante de Gómez Urrutia, es que además de sus nexos con los sindicatos internacionales, también tiene vínculos con las empresas que operan en México como Torex Gold Resources, Penmont y Ternium, esta última ligada al cártel de “Los Caballeros Templarios” quienes brindaban protección a la minera en sus zonas de extracción y transporte de minerales al puerto de Làzaro Cárdenas, Michoacán.
Por fin se va desentrañando la trama de esta nominación por parte de AMLO, ya que el plan de amnistía contempla narcotraficantes, líderes sindicales corruptos y ahora son empresas mineras canadienses acusadas de maltrato laboral y daños al medio ambiente.
