Tamaulipas vuelve a dar la nota roja

Este domingo, en Reynosa, Tamaulipas; se activó el semáforo naranja de nivel de riesgo. Una vez más, las jornadas violentas se extendieron por terreno tamaulipeco y, en esta ocasión, dejaron 10 presuntos delincuentes muertos y cuatro militares lesionados.

La violencia inició en las primeras horas del domingo, cuando se registró un enfrentamiento entre las fuerzas federales y hombres armados. El desencuentro resultó de un operativo efectuado por miembros del Ejército y la Secretaría de Marina en contra del supuesto líder de un grupo delincuencial que opera en la ciudad.

Nuevamente, en Tamaulipas vimos la quema de vehículos, el bloqueo de avenidas y el pánico colectivo durante cuatro horas. Todo este tiempo, los ciudadanos se quedaron en sus casas y oficinas a causa del peligro que representaba salir o estar cerca de la zona de violencia.

De acuerdo con los informes, cerca de las 4.30 am, federales abrieron fuego en contra de cuatro criminales que iban abordo de una camioneta, lo que provocó la reacción de otros delincuentes.

De este modo, camiones de carga, de transporte público, camionetas y automóviles fueron arrebatados a particulares con el objetivo de cerrar el paso del perímetro y neutralizar el operativo.

Cerca de las 8.30 de la mañana, los accesos bloqueados fueron liberados y los militares, marinos, federales y policías del estado retomaron el control de la ciudad.

Sin embargo, durante el resto del día, fue común ver patrullas y helicópteros vigilando las condiciones de la ciudad.

Irónicamente, el pasado viernes 11 de marzo, la policía federal recibió un reconocimiento en Reynosa por su papel como impulsora de la armonía y la paz social.

Y hace casi cuatro meses, durante su informe de gobierno, el gobernador Egidio Torre Cantú aseguró que la entidad estaba de vuelta en manos del Estado y destacó la inversión en materia de seguridad. Según él, esto garantizaba la tranquilidad a los ciudadanos.

Y aunque algunos dicen que el ataque fue controlado a tiempo, no está de más preguntar, ¿por qué siguen ocurriendo estos enfrentamientos? ¿Hasta cuando el crimen organizado sembrará terror en la población?

En este contexto, nadie duda que la elección de gobernador en Tamaulipas –el próximo cinco de junio– es uno de los procesos más complicados. Y es que dadas las condiciones de violencia que se viven en el estado –y los antecedentes, como el asesinato del puntero en la elección de 2010–, más de un candidato ha tenido que replantear sus estrategias de seguridad y sus propuestas en la materia con la intención de ganar el voto ciudadano.