¡TITULAR DE GOBERNACIÓN QUE CENSURA!

¿Imaginan la escandalera mediática, especialmente en redes y digitales, si el titular de Gobernación de Peña Nieto hubiese callado a los periodistas en plena conferencia de prensa? 

¿Imaginan la paliza que se habría llevado no sólo el encargado de Gobernación, sino el presidente? Lo cierto es que no hace falta mucha imaginación, acaso un poco de memoria. ¿Por qué?  

Porque una muestra de la vigorosa crítica que se ejerce en México contra el PRI, la vimos apenas en días pasados cuando un “chafa” boletín del candidato del PRI, insinuaba que podrían ser demandados los medios que vincularon a José Antonio Meade con un presunto desfalco en Sedesol. 

Con toda razón, analistas, editorialistas, intelectuales y columnistas apalearon al tonto que redactó y autorizó dicho boletín. Y los argumentos fueron tan certeros como los siguientes: “¿Se imaginan lo que hará Meade como presidente, si hoy amenaza a los medios con llevarlos a juicio?”. 

Y es que el de la censura es uno de los temas más sensibles para los medios mexicanos, sobre todo porque la libertad de expresión se ganó luego de años de lucha y de vidas de periodistas. 

Sin embargo, resulta no sólo curioso, sino aberrante, que la crítica hacia los ataques a la libertad de expresión sea groseramente selectiva y que los mismos que ardorosamente cuestionan las amenazas del PRI, no sólo ignoren sino aplaudan cuando otro candidato, de otro partido distinto al PRI, ponen en peligro la libertad de expresión. 

¿Quieren pruebas…?    

1.- En días pasados, Ricardo Anaya fue presentado formalmente como candidato de la empresa familias Partido Movimiento Ciudadano., propiedad de Dante Delgado.  

El evento habría pasado con más pena que gloria de no ser porque Dante –un ex priísta de largo “colmillo”–, le quitó la palabra a Ricardo Anaya y se dirigió a los medios de comunicación, en tono agresivo, molesto y hasta amenazante. 

El ex dirigente del PAN intentó responder preguntas relacionados con el dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, cuando Dante intervino y tajante dijo: “nosotros no vamos a hablar o descalificar a nadie”. 

Y exhortó a los medios “a dimensionar” los comunicados políticos y no “las entrevistas banqueteras” en donde según él, “se pregunta lo que quiere”. 

¡Ver para creer…! Ahora resulta que Dante Delgado quiere una prensa a modo y no quiere cuestionamientos incómodos. 

Por si fuera poco, además de callar a su candidato, también le dio una lección de autoritarismo: “le vamos a enseñarle a la sociedad que podemos tener mensaje político y no en base (sic) a las ocurrencias de quienes responden y preguntan”. 

Para Dante Delgado, no solamente el llamado “chacaleo” periodístico no debe existir, sino tampoco las respuestas de Ricardo Anaya, las que calificó de “ocurrencias”. 

Lo aterrador del caso es que Dante Delgado sería el secretario de Gobernación si es que Ricardo Anaya gana la elección presidencial del 1 de julio próximo. 

Pero igual de aterrador resultó el silencio de articulistas, columnistas, intelectuales y editorialistas que días antes habían apaleado la supuesta amenaza de la oficina de prensa del PRI. Todos callaron frente a las amenazas de un potencial secretario de Gobernación. ¿Complicidad, solapamiento, militancia? 

2.- Sobre el rema, la aspirante independiente a la presidencia de la República, Margarita Zavala, aseguró para MVS Noticias, que el “Frente de Cuates”, negoció desde un principio que en caso de que Anaya ganará las elecciones, Dante Delgado sería su secretario de Gobernación. 

En respuesta, el periodista Luis Cárdenas dijo: “Qué miedo (…) Si lo que dice Margarita es verdad, sería una muy mala noticia que una persona intolerante como Dante estuviera al frente de la Segob”. 

¿Dónde está la severa crítica al potencial titular de Gobernación, por parte de los preocupados por la libertad de expresión, que apalearon al PRI? 

3.- En su más reciente gira por Veracruz, un reportero cuestionó abiertamente a Andrés Manuel López Obrador, sobre la riqueza de “Andy”, el primogénito del candidato presidencial. 

“¿Cómo explica la incongruencia de un candidato pobre y su hijo rico…? le preguntó el reportero, al tiempo que exhibía una fotografía de “Andy” desparramado en un sillón, con una copa de vino en alto, en señal de brindis. 

La respuesta de Obrador fue rabiosa y amenazante… “¡es usted un provocador, lo manda Peña Nieto. Es un  provocador…!”. Luego cambió de mandatario. “¡Es un provocador mandado por Yunes… yo no caigo en provocaciones”. 

En éste caso la complicidad mediática fue peor. La mayoría de los medios omitieron la nota. Ya no se diga la crítica.  

¿Imaginan la paliza si Meade hubiese respondido de esa manera? 

Al tiempo.