Todos a marchar para que no haya contaminación

Sin duda, las marchas y los plantones son dos grandes problemas que aquejan –casi diario– a los habitantes de la Ciudad de México.

Sin duda, las marchas y los plantones contribuyen a la contaminación atmosférica y las autoridades no hacen algo para evitarlo.

Y sin duda, las marchas generan grandes pérdidas económicas, tráfico y basura en la vía pública.

No obstante, hay quien dice que las marchas, al contrario de contaminar, ayudan a mejorar la calidad del aire.

Este jueves, Ek Francisco Garfias –candidato a doctor en ciencia política, Universidad de Stanford– publicó en el blog de la revista Nexos que cuando ocurren marchas, mejora la calidad del aire en la Ciudad de México.

De acuerdo con el autor, “las marchas pueden disuadir a muchos viajeros de utilizar un automóvil. Al aumentar el tiempo promedio de los viajes en auto, las manifestaciones generan un costo directo al uso de automóviles, y llevan a muchos conductores a buscar alternativas de transporte de bajas emisiones, como el metro o el metrobús”.

Es decir, que el especialista argumenta que las protestas reducen el parque vehicular y con eso disminuye las emisiones contaminantes y mejora la calidad del aire.

Para Garfias, “la lógica detrás de este hallazgo es simple y persuasiva: al anticipar una marcha en su trayecto, los viajeros deciden usar medios de transporte que contaminan menos que los automóviles. En la Ciudad de México, una alternativa obvia para muchos viajes es el metro”.

Sin duda, el argumento de Ek Francisco Garfias parece impecable. Sus cálculos, sus aproximaciones y sus conjeturas se antojan pertinentes y atinadas. Sin embargo, el académico parece olvidar que…

Uno. Son pocos los capitalinos que conocen dónde y cuándo ocurrirá un plantón. En consecuencia, son pocos los que tienen la posibilidad de dejar el auto en casa y emplear el transporte público.

Dos. La contaminación podría disminuir en la zona de la manifestación; pero ¿qué ocurre en los espacios que rodean la marcha? ¿acaso el politólogo no está al tando de que las marchas de manera similar a las ondas del agua? Es decir, que su efecto se expande y provocan caos no sólo en el espacio del bloqueo sino a kilómetros de distancia, ¿ahí también se reduce la emisión de contaminantes?

Y tres. Si la argumentación de Garfias fuera sólida, la respuesta de la autoridad sería evidente: todos los capitalinos deberán marchar, todos los días. En esa lógica, en la Ciudad de México respiraríamos aire puro e impoluto.