Al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le importa más construir el muro fronterizo que proteger a la naturaleza.
El mandatario prepara la anulación de 28 leyes ecológicas para poder construir el llamado “muro de la vergüenza” sobre el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Valle Bajo del Río Grande (Bravo), el Centro Nacional de las Mariposas, el Parque Estatal Bentsen-Río Grande y terrenos de la histórica Capilla La Lomita, ubicados al sur de Texas.
Esta acción también significaría un atropello de los derechos de cientos granjas familiares y privadas que están en la zona.
En la opinión del activista ambientalista Laiken Jordahl, “la administración de Trump está ignorando a miles de personas en el condado de Hidalgo que no quieren estos muros”. Y agregó que “El Valle del Río Grande es uno de los paisajes más espectaculares y biológicamente importantes del país”.
Otra de las consecuencias de la obstinada posición de Trump sobre el muro, es que serán amenazadas 90 especies en peligro de extinción y que habitan en las zonas donde se planteó erigir la pared fronteriza.
