¡UN PILLO Y UN TRAMPOSO MANCHAN LA BOLETA!

No sabemos si por pudor, por vergüenza, por omisión o, de plano, por complicidad, pocos críticos del proceso electoral han reparado en que la boleta presidencial está manchada.

¿Manchada?

Sí, la han manchado un pillo y un tramposo; Jaime Rodríguez Calderón, candidato independiente y gobernador de Nuevo León con licencia, además de Ricardo Anaya, candidato del Frente PAN, PRD y MC, señalado por lavado de dinero, considerado delito grave.

Lo simpático del tema es que buena parte de los “intelectuales”, críticos y opinantes que hoy defienden “a capa y espada” a Ricardo Anaya –y que gestaron su proyecto–, son los mismos inventores de la “botarga” electoral motejada como “El Bronco”, quien ganó el gobierno de Nuevo León con el cuento del “independiente limpio, puro y preclaro”.

En pocas palabras, muchos callan sobre la boleta presidencial manchada porque son parte de los inventos electorales mencionados –dizque lejanos de la corrupción endémica del viejo PRI–, a pesar de que en la práctica “El Bronco” y Anaya resultaron peor de tramposos y corruptos que el PRI al que pretenden sustituir.

En realidad son juez y parte; inventores del tramposo “Bronco”, que fue no solo un fracaso en Nuevo León sino un costal de mañas de lo peor del PRI, y promotores de la corrupta campaña de Ricardo Anaya, construida a partir de la peor práctica de la clase política; “Los Moches” y el presunto lavado de dinero.

Pero el asunto se vuelve aún más escandaloso si hacemos una comparación elemental.

¿Imaginan la escandalera, la paliza y hasta “la madriza” que se habría llevado el candidato José Antonio Meade, si “Los Moches” y el lavado de dinero hubiesen sido cometidos en su desempeño como servidor público? Sin duda la escandalera ya lo habrían sacado de la contienda presidencial.

Pero como las pillerías las cometió Ricardo Anaya, el invento de buena parte de intelectuales y opinantes, prefieren que el tiempo se lleve de la memoria de los votantes el cochinero. Doble moral.

¿Imaginan la escandalera si el candidato José Antonio Meade hubiese cometido las trampas detectadas al candidato presidencial motejado como “El Bronco”? ¿Cierto o no que la paliza habría sido descomunal?

Sin embargo, hoy son muy pocos los que cuestionan las trampas, las mentiras y los engaños de El Bronco. Pareciera que están de acuerdo en premiar la trampa, antes que sancionar al tramposo. Doble moral.

Y si dudan del tamaño de las trampas de Jaime Rodríguez Calderón, el propio INE ofreció el detalle del cochinero, que incluye todo tipo de transas y engaños, en especial el uso de dinero público del gobierno de Nuevo León.

Peor aún, en el caso de Ricardo Anaya, crecen las voces que suponen o imaginan una perversa confabulación por parte del gobierno federal contra el “indefenso candidato” del PAN, PRD y MC; ejemplo de todas las virtudes de un político juvenil. Ejemplo de el que no transa no avanza.

Olvidan, por ejemplo, que la primicia sobre las tranzas de Anaya la dimos a conocer en éste espacio, en tres entregas –31 de octubre, 29 de noviembre y 7 de diciembre, de 2016–, y que desde entonces la PGR inició las averiguaciones respectivas sobre el presunto lavado de dinero.

Pero hay más, también olvidan que la primicia de los detalle de “Los Moches”, orquestados por Anaya desde el CEN del PAN, también la dimos aquí, en el Itinerario Político del 7 de noviembre de 2016.

Tampoco ahí termina el escándalo. Si aún lo dudan, durante los debates entre Ricardo Anaya y Javier Corral por la presidencia del partido, el hoy gobernador de Chihuahua dijo lo siguiente:

“Puede alguien hablar de anticorrupción, cuando ha utilizado recurso públicos de la Cámara de Diputados para promover su candidatura al partido incluso de manera anticipada. He dicho que el diputado Anaya utilizó recurso de la Cámara de Diputados, tengo testimonios notariales y varias tablets que repartieron durante el mes de abril y mayo, incluso con los softwares, los instructivos, los videos y las dos aplicaciones para detectar simpatizantes para su candidatura”

¿No es Ricardo Anaya “el rey de Los Moches”?

Hoy Javier Corral es gobernador de Chihuahua, ya olvidó que tenía pruebas notariales de “Los Moches” de Anaya y, contrario a la honestidad que dicen defender en el PAN, Javier Corral es aliado político de Anaya, el mismo al que llamó corrupto meses antes.

¿Quién puede defender las corruptelas de Ricardo Anaya y de Jaime Rodríguez, “El Bronco”? ¿Eso son los que dicen ser alternativa a las transas y raterías del PRI?

¿No será que asistimos a la feria del cinismo, el doble rostro y la doble moral?

Al tiempo.