Un sepulcro llamado “estado de México”

Para nadie es nuevo el valor estratégico –político y electoral–, del Estado de México.

Sin embargo, lo que pocos saben es que –del otro lado de la moneda–, el territorio mexiquense también se convertirá en sepulcro político para muchos de quienes buscan beneficiarse del tonel de rica miel que es esa entidad.

Y es que el Estado de México puede ser el sepulcro para el PRI, en la sucesión presidencial; puede ser el sepulcro del propio gobernador Eruviel Ávila, en sus aspiraciones presidenciales; y sepultura para las ambiciones rumbo a 2018 de Margarita Zavala y Ricardo Anaya.

¿Y por qué mortaja de los políticos anteriores y de muchos otros?

Elemental, por el peso específico del Estado de México; porque no sólo es la entidad con uno de los mayores presupuestos del país, sino la mayor reserva de votos y la entidad con la mayor bancada de diputados federales, con un total de 75.

Lo cierto, sin embargo, es que hoy son casi nulas las posibilidades de que el PAN, el PRD y/o Morena puedan arrebatar al PRI el Estado de México; sea en solitario, sea en alianza. ¿Y por qué son reducidas las posibilidades de que el PRI pierda la entidad mexiquense?

1.- Porque el PAN mexiquense vive su peor momento, luego de caer a la tercera posición en las dos recientes elecciones estatales. En 2011, el PRI y sus aliados ganaron con 69 por ciento de los votos, contra 21 por ciento del PRD y sólo el 12.29 por cientos del PAN. En 2015, durante la renovación municipal, el PRI ganó 85 municipios, el PAN sólo 8 y el PRD 16.

2.- Porque el PAN mexiquense renovará su dirigencia estatal y el nuevo Comité Directivo quedará en manos del grupo de Margarita Zavala. De esa manera, Ricardo Anaya será relegado, con la consecuente fractura del PAN mexiquense.

3.- Porque hoy está descartada una posible alianza PAN-PRD, ya que una de las tribus que se ha convertido en hegemónica en el PRD nacional, Alternativa Democrática Nacional (ADN), de Héctor Bautista, no sólo tiene el control de los amarillos en el Estado de México, sino que de manera sistémica se ha opuesto a las alianzas PAN-PRD.

Más aún, Héctor Bautista y ADN son hoy “los mandones” en el PRD, por encima de Los Chuchos, y podrían tener una fuerte influencia en el nuevo jefe nacional de los amarillos. Es decir, no será fácil pactar una alianza PAN PRD. Pero en caso de que se produzca el milagro de esa alianza, el candidato tendría que ser del PRD.

4.- Pero resulta que la del Estado de México ya no será una elección sólo de tres partidos; PRI, PAN y PRD –además de sus respectivos aliados–, sino que al igual que ocurrió en otras entidades, a la elección mexiquense se sumará el partido de un solo hombre; Morena.

En efecto, el partido de AMLO ya tiene candidata al gobierno estatal. Se trata de la diputada federal y cuestionable ex alcaldesa de Texcoco, Delfina Gómez, cuyas cartas de presentación son una locuaz oposición a la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional. Es decir, Morena se opone al desarrollo elemental.

5.- Además, Morena tiene la encomienda de “tronar” al PRD y quitar la mayor cantidad de votos a los amarillos. Por tanto, una potencial alianza PAN-PRD en el Estado de México, sólo favorecería al PRI.

Y el PRI, como queda claro, hoy tiene muchas posibilidades de retener el Estado de México. Y claro, para garantizar esa victoria, el tricolor está obligado a una impecable selección del candidato o candidata a suceder a Eruviel Ávila, cuyos niveles de aprobación están por encima de la mayoría de los mandatarios estatales del PRI. Pero esa es otra historia.

Al tiempo.

Tomado de Milenio