Una educación privatizada (buena)

La semana pasada mencioné que, para todo efecto, el ingreso a las escuelas normales de México no depende de la Secretaría de Educación Pública federal ni tampoco de las secretarías de educación de los diferentes estados, sino de los comités estudiantiles que hay en cada normal rural..

En 2013, la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) publicó la lista de los 140 admitidos a la Normal “Isidro Burgos” de Ayotzinapa que pasaron el examen de admisión y el examen médico, además del visto bueno del estudio socioeconómico que la dependencia aplicó a 533 aspirantes.

Y sin embargo, de acuerdo con una nota del diario La Jornadade Guerrero, la “dirigencia estudiantil” indicó de inmediato que, “más allá de lo que publique la SEG”, el ingreso sería determinado por la “semana de adaptación” porque así es “la tradición”.

http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2013/07/21/index.php?section=sociedad&article=005n1soc

Durante una semana que se llama indistintamente “la semana de adaptación”, la “semana de prueba” o los “cursos de inducción”, en todas las escuelas normales rurales del país se llevan a cabo estas jornadas “de trabajo en el campo, limpieza, ejercicios y formación política” que tienen como objeto “reconocer a los aspirantes que tienen verdadera convicción de permanecer en la escuela”, como informa a la prensa el señor Bastian, integrante del “Comité Directivo Estudiantil” de Ayotzinapa(http://suracapulco.mx/archivos/292029).

El señor Bastian explica en esa entrevista que si bien “el tema se maneja con discreción (…) es un secreto a voces que la semana de prueba forma parte del proceso de selección de los alumnos de nuevo ingreso aunado al examen de admisión que realiza la Secretaría de Educación Guerrero, SEG, con la colaboración de la Universidad Autónoma de Morelos”.

Según el mismo reportaje, la convocatoria de nuevo ingreso no es sólo la que realiza formalmente la SEG, sino que el Comité Estudiantil hace además la suya propia, por medio deFacebook y otras redes sociales, a todos los “jóvenes que deseen estudiar en la Normal, aun cuando no se hayan inscrito ni realizado el examen de admisión”.

De este modo, si bien la SEG realiza el trámite de selección y publica los resultados oficiales (en 2015, aunque no hay clases desde hace un año, fueron aceptados 140 aspirantes para las 140 plazas disponibles), el Comité recibe a quien se presente a su “semana de adaptación”, decide quién entra y quién no y, al parecer, oficializa su decisión inapelable.

¿En qué consiste esa semana? Según algunos padres de familia (manipulados) es una semana de novatadas y franca tortura. Según Bastian, se trata de “ampliar y fortalecer la formación política e ideológica” y luego, al final de esa “semana de intenso trabajo y estudio”, renuncian “quienes no tengan aptitudes y se quedan los que valoran la Normal”.

Por otro lado, según el mismo vocero, el trámite “es un acuerdo de todas las normales rurales del país”, es decir que se trata de un procedimiento paralelo de ingreso que depende de la superior autoridad de la Federación Estudiantil de Campesinos Socialistas de México (FECSM), esa organización que goza de dispensa histórica en materia de transparencia y rendición de cuentas porque es “semiclandestina”, como ha explicado la estudiosa Tanalís Padilla.

El vocero Bastian explica que el procedimiento es “un filtro de selección, porque se estaba perdiendo la vocación del maestro rural y comenzaron a llegar recomendados, hijos de políticos y familias pudientes”. Luego narra su propia experiencia durante esa semana: cuando llegué a la Normal “no sabía nada de política e ideología, me contaron de la revolución social, de Marx. Una amplia gama. No sólo se aprende de pedagógica (sic), nos formamos ampliamente en filosofía, sociología, derecho, en círculos de estudio sobre el cambio social, la coyuntura social, ver cómo ser agentes de transformación”.

El vocero termina diciendo que “los padres de los 43 normalistas desaparecidos respetan los procedimientos de los estudiantes, aunque haya diferentes puntos de vista al respecto”. A su parecer, esos puntos de vista divergentes son parte de “los esfuerzos externos para confrontarlos” y “debilitar al movimiento social”.


TOMADO DE EL UNIVERSAL