En el marco de la Cumbre del G-7 la canciller de Alemania, Angela Merkel y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pasaron un momento algo cómico.
Durante la conferencia de prensa, desde Biarritz, Francia, el republicano declaró que tiene sangre alemana —y detalló que pronto visitará a la potencia europea—; situación que le causó gracia a Merkel, ya que ni la risa pudo contener.
“Estaremos allí. Estamos muy honrados por la invitación. Y eso es verdad. Estaremos allí, quizá pronto. Tengo sangre alemana. Estaré ahí”, dijo el magnate.
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Sin embargo, Trump sí tiene descendencia alemana, ya que su abuelo paterno era de aquel país. Resulta que Frederick Trump nació, en 1869, en Kallstadt, Reino de Baviera (ahora Renania-Palatinado, Alemania) y emigró, a los 16 años de edad, a Estados Unidos.
