Ni calcado saldría mejor. Una nueva evidencia de que el gobierno chavista de Nicolás Maduro y el proyecto que propone Andrés Manuel López Obrador son idénticos, fue dada a conocer gracias a un video de la agencia de noticias Telesur.
En las imágenes, que datan de diciembre de 2017, Maduro realiza una conferencia de prensa durante la que reclama que a la ex fiscal Luisa Ortega (perseguida política de su gobierno), le fueron halladas botellas de “vino de 200 mil euros”, por lo que llamó a sus seguidores a realizar una “revolución moral“.
Esta declaración maniquea en la que los malos son los que tienen (“malhechores, ladrones, aprovechadores del poder”), y los buenos; la clase trabajadora, es tan parecida al discurso que predica López Obrador, que pareciera que ambos leyeron el mismo guion.
Y es que en la demagogia amloísta, la maldad es personificada por unos cuantos integrantes de “la mafia del poder“, y los buenos son quienes van a votar por él, o los poderosos que se han redimido y acercado a su movimiento (empresarios, políticos, deportistas y hasta un stripper).
Pero esa no es la única coincidencia en la retórica populista de ambos personajes: también está la del uso de la “moral” como estandarte de pulcritud con el que creen que pueden condenar a quienes ellos decidan sin “manchar su plumaje en el pantano” de la corrupción.
Por lo anterior, cabe recordar que hace apenas unas horas el llamado “líder mesiánico” prometió que en el remoto caso de llegar a la Presidencia promovería la redacción de una constitución moral hecha “por hombres y mujeres de buena voluntad”.
Sin embargo, su alegato llevaba una estrategia manipuladora muy clara, pues fue pronunciado durante un evento del ultraderechista y evangélico Partido Encuentro Social (PES) –en donde la moral es un pilar de la religión–, que va en coalición con Morena y el PT para la elección presidencial.
Esta grave similitud entre el dictador Maduro y el dictador en potencia, AMLO, no es más que una llamada de alerta para que los mexicanos volteen a ver los errores cometidos en Venezuela para aprender de ellos en lugar de sufrirlos en carne propia.
