VIDEO: Ricardo Anaya, el precandidato de las incongruencias

No solamente le salen cada vez más enemigos políticos al flamante precandidato del PAN, Ricardo Anaya; de su boca fluyen mentiras a diario y las incongruencias en las que ha caído el otrora Joven Maravilla son más notorias al paso de los días.

Desde la dirigencia nacional de su partido, fraguó su candidatura presidencial de cara a los comicios de julio próximo, a través de entramados que se exponen en video a continuación.

  • En 2013 dio total apoyo a la Reforma Energética. En 2016 dijo que “desenmascaría al PRI”, por dicha reforma.

Hace unos años, Ricardo Anaya decía que tal reforma era una gran idea, tres años después y a conveniencia, ¿cambió de parecer?

  • También en 2013, el precandidato presidencial de Por México al Frente, aseguró que las reformas de ese año establecieron la ruta correcta de México, tales como la de Comunicaciones y la Educativa.

Apenas el año pasado, arremetió en contra del Gobierno Federal en su intención de aspiración presidencial, diciendo que tales reformas estructurales fueron un “golpe bajo” a México.

  • En 2013, el panista se dirigió al presidente Enrique Peña Nieto y aseguró que “podemos mirar a nuestros hijos con la plenitud que da el deber cumplido”, haciendo alusión a los niveles de seguridad que mantenía nuestro país en ese momento.

A finales del año pasado, Anaya de nueva cuenta, arremetió en contra del Gobierno Federal y de su contrincante, José Antonio Meade, al decir que la corrupción y la violencia “está peor que nunca”.

Podríamos decirle que, el personaje del que hablamos es un político mañoso, tramposo, desleal, sin palabra y que gusta de la traición… y seguramente usted tiene en mente a un tabasqueño; pero no, se trata de don Ricardo Anaya.

Y es que no sólo hizo trampa con los millones de spots que se robó y que usó a título personal para defenderse de las acusaciones de El Universal respecto a su abrutpo enriquecimiento, hizo uso de la traición, la intriga, la deslealtad y la adulación sin límite; contrario a lo que hoy “profesa” el flamante precandidato.

Anaya es más de lo mismo y lo contrario a lo que dice ser, pues mientras se dedica a mostrar sus “hazañas” recogiendo a su hijo en la escuela o bien, hace dotes de su fluido francés e inglés, cada vez demuestra parecerse más a lo que reniega: a un priista Roberto Madrazo, quien igual que Anaya, se robó la dirigencia del PRI para construir su candidatura a finales del siglo XX; o a un López Obrador quien usa a su partido como franquicia para llegar al poder sin “estorbo” alguno a base de autoritarismo.

Ese es Ricardo Anaya, el hombre de la eterna incongruencia a conveniencia.