A cinco meses del gobierno de López Obrador no hay rumbo; todo es caos, desorden, ocurrencias y, sobre todo, mentiras y polarización social.
Por eso, no es exagerado decir que asistimos a un gobierno fallido, no sólo en la cabeza institucional, el presidente, sino en todos sus colaboradores.
Y no se trata de una especulación y menos de un insano deseo de los muchos malquerientes del presidente Obrador.
Se trata de la terca realidad que, si no la quieren ver el presidente y sus leales, pronto los llevará a una escalofriante espiral de ingobernabilidad.
Y es que clásicos como Norberto Bobbio dictan que “un gobierno que mantenga el consenso de los ciudadanos, pero que pierda la eficacia, será improductivo. Si la situación persiste, la pérdida de eficacia llevará a la pérdida de consenso y, por tanto, a la ilegitimidad a los ojos ciudadanos e incluso a una posible caída”.
En sentido contrario, el mismo autor dice: “sólo un gobierno que se base en la eficacia y en el consenso es un gobierno plenamente legítimo”.
Está claro que el de López Obrador es un gobierno legitimado por la mayor votación de la historia, pero también es cierto que, a cinco meses, es un gobierno totalmente ineficaz, nada democrático y con una fuerte pulsión al autoritarismo dictatorial.
Por tanto, al ser un gobierno altamente ineficaz, el de Obrador es un gobierno que carece de legitimidad plena.
¿Lo dudan?
1.- La ineficacia de Obrador está a la vista de todos; tiró el NAIM –la mayor obra en la historia–, con mentiras y consultas fuera de la Constitución. Es un populista que se convertirá en el mandatario más mentiroso del mundo y que –según expertos de dentro y fuera del país–, ya es el mayor violador de la Constitución.
Por tanto, Obrador es el mayor destructor de la democracia, de sus instituciones y sus libertades básicas, como la de expresión.
2.- Es apabullante el fracaso de los responsables de la seguridad en el gabinete –como Olga Sánchez Cordero, Alfonso Durazo y los titulares de Marina y la Sedena–, ya que según cifras oficiales el de Obrador es el arranque más violento de la historia; con el mayor número de homicidios dolosos, secuestros, feminicidios, robos y hasta muertes violentas de niños.
¿No es un “gobierno fallido” aquel que reporta la mayor violencia de la historia y el mayor número de muertes, secuestros, feminicidios…? Fracaso que no quieren ver sólo los ciegos de la Cuarta Transformación.
3.- Es un rotundo fracaso la política económica y fiscal. El crecimiento económico –como dijo alguna vez el propio presidente–, es “menos cero”. El desempleo creció de manera escandalosa y la creación de empleos se ha simulado con la dádiva a los “ninis”.
Además, de que la inversión externa está en uno de sus peores momentos y la confianza para invertir en México es nula. Por si fuera poco, cayó de manera preocupante la captación del IVA y el ISR y la amenaza de recesión es latente.
Todo ello sin contar con el despido –por decreto–, de miles de trabajadores del Estado.
4.- El turismo fue la joya de la corona en los gobiernos de Fox, Calderón y Peña –industria tractor que atrajo el mayor monto de divisas–, pero que en sólo cinco meses fue destruido. Hoy toda la industria está a un paso de la quiebra, con la pérdida de miles de empleos.
5.- El fracaso energético es aplastante. Resulta que por berrinche se cancelaron contratos y licitaciones, además de que se tira dinero a manos llenas con ocurrencias como una nueva refinería y la quiebra de Pemex.
6.- La política exterior es un caos; México está sometido al gobierno de Donald Trump y a pesar de las diarias amenazas, se impone “la cobardía de Estado”, además de que –en los hechos–, México será el verdadero muro para contener a los migrantes, lo que dará una satisfacción a Trump.
7.- La política laboral es caótica: decenas de huelgas, paros y un creciente desempleo. Y en medio de la burla general, el propio Obrador aplaude una nueva ley laboral dictada en la Casa Blanca.
La lista de fracasos es interminable y sólo la ceguera y la sordera de un gobierno dictatorial se niega a ver que, el de Obrador, es un gobierno que fracasó antes de empezar.
Al tiempo.
