Incontables fueron las veces que el ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador, puso en tela de juicio los gobiernos de sexenios pasados, incluso ahora en sus conferencias mañaneras ha tomado gran parte de su tiempo para exponer supuestos fraudes y actos de corrupción entre ex funcionarios y opositores.
Basta con recordar todas las acusaciones en contra de Enrique Peña Nieto, de Vicente Fox y de Felipe Calderón, por mencionar algunos, pero ahora Obrador ha encontrado a un nuevo oponente: la famosa prensa fifí.
Según el mandatario este calificativo se le adjunta a aquellos medios de comunicación que son tendenciosos y amarillistas, o mejor traducido: es el adjetivo que le da Obrador a todos aquellos medios que generan una oposición.
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Esta primicia nos permite mencionar la disputa que el titular del Ejecutivo tiene con el periódico Reforma, al cual también lo llamó fifí, acerca de varios “escándalos” destapados por la editorial que lo involucran a él y a parte de su gabinete.
No obstante, es imposible pasar por alto la vez que el presidente aseguró que dentro de sus objetivos no se encontraba la detención de capos de la droga, pese a que se ha derramado demasiada sangre a causa de estos criminales.
Parece broma, pero el presidente Obrador prefiere perseguir a los periodistas que a los encargados de generar los altos índices de violencia a lo largo del territorio mexicano.
