Una de las primeras acciones de Arturo Herrera al frente de la Secretaría de Hacienda será analizar el proyecto el Energético de esta “Cuarta Transformación”, sobre todo el Plan de Negocios de Pemex, el cual se hará público en las próximas semanas.
De acuerdo con el medio digital La Política Online (LOP) este lunes se llevó a cabo una reunión del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos, la sede fue la Torre de Pemex, a donde arribó Herrera, junto con la secretaría de Economía, Graciela Márquez Colín y dos ex estudiantes de Carlos Urzúa.
Uno de las principales eventualidades que se encontró Urzúa como funcionario federal fue que se negaba a la construcción de la refinería de Dos Bocas —y sin duda será un problema para Herrera—, pero tanto la secretaria de Energía y el presidente de Pemex, Rocío Nahle y Octavio Oropeza, respectivamente, no cambian de opinión e insisten en que se lleve a cabo.
Cabe señalar, que hasta el viernes pasado el Plan de Negocios de Pemex contemplaba una ayuda financiera de Hacienda de 90 mil millones de pesos para 2019, otros 47 mil para 2020 y un mínimo de 91 mil 600 millones para 2021. Aunque la gran parte de estos recursos se usaría para el pago del enorme pasivo en las pensiones de la compañía.
“Aún así, según la proyección optimista de Nahle y Romero Oropeza, Pemex terminaría 2020 cierra con una pérdida neta de 40,000 millones de pesos. “Lo mínimo que tiene que conseguir Arturo es quitar un poco de optimismo e incorporar escenarios donde aumenta el costo del financiamiento por la rebaja de la calificación”, dicen en Hacienda.
“Hay que recordar que las calificadoras, además de organismos y centros de estudios económicos, critican desde hace meses el plan de la refinería y anticipan un eventual crisis de deuda en la petrolera que puede arrastrar también a la estabilidad macro de México”, señaló LPO en su portal digital.
Dado la gran complejidad que enfrente Pemex, tanto en sus números como en su producción, no se descarta que el nuevo secretario de Hacienda proponga reactivar las licitaciones y los farmouts para que la inversión privada colabore con la reactivación de la producción, aunque es altamente probable que una solicitud como ésta no se apruebe.
