Mientras las víctimas del cáncer se quedaron sin tratamiento, los hospitales sin medicinas, las universidades sin internet, las estancias infantiles sin recursos y los atletas mexicanos están sin apoyo, el presidente Andrés Manuel López Obrador comprará por mil millones de pesos dos estadios de béisbol en Sonora.
Y es que una vez más, el cinismo del tabasqueño no tiene límites. Cada vez es más claro que la austeridad no le toca, por ningún motivo, al presidente.
En el gobierno de Andrés Manuel hay prioridades, enfocadas solamente en los caprichos del mandatario. Porque con esto, es indiscutible decir que a AMLO no le importan los deportes, claro que le importa, pero sólo el que le gusta: el béisbol.
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Las prioridades del gobierno de López Obrador no son ayudar a los más vulnerables y necesitados, es ayudarse a sí mismo, llevar a cabo todos esos proyectos a su beneficio y consentirse; olvidándose de su pueblo, de la gente que votó para que llegara al puesto que luchó por 18 años, y que por tanto tiempo estuvo prometiendo un mundo completamente “mágico.
Tras miles de despidos de trabajadores públicos, el mandatario dijo que el gobierno tiene que ahorrar y apretarse el cinturón para hacer crecer la economía, sin embargo, el dinero “ahorrado” será destinado en estadios de su juego favorito. ¿Así o más cinismo?
