Según el gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, uno de sus objetivos es sacar a México de las crisis que dejaron los periodos anteriores, incluyendo el desastre ecológico que nuestro país padece desde hace años.
Al menos eso es lo que presumía cuando “pidió permiso” a la madre tierra para la construcción del Tren Maya, sin embargo esta mañana se dio a conocer que al menos 750 hectáreas de selva serán destruidas para cumplir con el capricho del presidente.
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Así lo informó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), quien afirma que dentro de la “Factibilidad Ambiental” aún faltan estudios para saber el verdadero Impacto Ambiental de la obra, la evaluación técnica con una justificación de cambio de piso, así como los “pagos” por compensación ambiental, un plan de mitigación y seguimiento para el ecosistema afectado y sus alrededores.
A estos estudios que, cabe mencionar, no habían sido planeados, se suman los de “Impacto Social” en los que se tendrá que revisar la Proyección del Impacto Antropológico, una Propuesta Política de Desarrollo Territorial y un Sistema Agroalimentario para el desarrollo Regional del sur-sureste, investigaciones que medirán los factores que afectarán la vida de los habitantes de la región.
