¡TEMAS INTOCABLES PARA OBRADOR!

En las “mañaneras” presidenciales le han preguntado de todo al primer
mandatario; ¡que si su salud es tan buena como la de un corredor de fondo,
que si es un presidente guapo, que si duerme las horas necesarias, que si
guarda los obsequios que le hace la gente…!

Pero nada preguntan los “reporteros de la fuente” –muchos de ellos de
utilería–, por las investigaciones del gobierno federal sobre los atentados a
periodistas en sólo cuatro meses de gobierno –seis de esos atentados mortales-
; tampoco preguntan por los culpables de las explosiones de Tlahuelilpan o
por la tragedia que costó la vida a la gobernadora de Puebla y a su esposo y
menos sobre la persecución y linchamiento a los críticos del gobierno.

Nos consta –porque preguntamos–, que muchos de los verdaderos
periodistas que acuden a las “mañaneras” tienen un legítimo interés por saber
de esos temas y las indagatorias respectivas.

El problema, sin embargo, es que a esos periodistas pocas veces les
otorga la palabra el presidente. En la mayoría de los casos los que interrogan
son “reporteros de utilería”; amigos de la casa.

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Pero también pudimos saber que voces interesadas –del equipo
presidencial–, piden a los “periodistas de utilería” no preguntar los temas que
molestan al presidente.

Sí, por increíble que parezca, en los tiempos de la “democracia lopista”
no sólo se combate la libertad de expresión sino que existe temas intocables,
vetados y que –por conseja oficial–, no deben ser preguntados.

¿Imaginan lo que habría pasado en los gobiernos de Zedillo, Fox,
Calderón o Peña, si esos gobiernos hubiese ordenado censurar tal o cual tema
en las conferencias de prensa?

Lo cierto es que el presidente Obrador no se ha referido en una sola
ocasión al escandaloso número de periodistas muertos en su gobierno; seis
fallecidos, lo que arroja un promedio de uno cada 20 días.

¿Por qué el gobierno federal poco o nada hace para el esclarecimiento
de los crímenes de periodistas? ¿Por qué las organizaciones de periodistas que
eran severas en criticar la muerte de comunicadores en los gobiernos de Fox,
Calderón y Peña, hoy guardan silencio?

¿Acaso importaba esclarecer la muerte de periodistas en aquellos
tiempos y hoy se justifican esas muertes? ¿Por qué el desdén presidencial?
¿Será que para el gobierno de Obrador el mejor periodista es el que no existe?

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Otro tema de escándalo es el referente a la tragedia que costó la vida a
la gobernadora Martha Érika Alonso y a su esposo, Rafael Moreno Valle.

Vale aclarar que en éste tema el presidente sí se ha referido a la tragedia
pero en ningún caso ha ofrecido información clara y puntual, capaz de orientar
a la opinión pública sobre las investigaciones del caso.

¿Realmente se investiga la tragedia o de plano el tema no le importa al
gobierno federal, por razones políticas?

Lo cierto es que cada vez son más las evidencias de que no se trató de
un accidente pero –ante la elección extraordinaria– el gobierno prefiere callar
antes que perder el voto clientelar.

El tercer tema intocable es la tragedia de Tlahualilpan, Hidalgo, en
donde perdieron la vida casi 200 personas y no existe un solo responsable, no
se diga un detenido y menos un juicio contra culpable alguno.

También en este caso abundan los indicios de que la tragedia se provocó
por errores de Estado, lo que se traduce en un crimen de Estado.

Pero es posible que el tema en el que existe mayor opacidad por parte
del gobierno de Obrador sea la persecución de los críticos del presidente.
Y es que nadie puede negar que existe, a los ojos de todos, una clara
persecución contra los críticos, ante la indiferencia genera.

Lincharon y persiguieron al autor de éste espacio; persiguen al diario
Reforma con el garrote del SAT, linchan a Enrique Krauze y ahora se suma la
persecución criminal contra Alejandro Quintero y su familia, por el “crimen”
de producir el documental “Populismo en América Latina”.

¿Hasta cuando los temas intocables en un gobierno que se dice
democrático? ¿Hasta cuando la censura, al peor estilo de Cuba y Venezuela?

Al tiempo