Con la renuncia del ministro Eduardo Medina Mora, por razones aún desconocidas, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador poco a poco va acaparando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), algo que se le había negado del todo.
Desde el inicio del gobierno de AMLO la SCJN representó, en varias ocasiones, un contrapeso formidable, que no lo dejaba hacer y deshacer a su antojo, dado que analizó y promovió amparos que afectaban sus intereses.
En ese sentido los ministros no permitieron que se les impusiera la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, la cual los obligaba a percibir un suelo menor que el presidente.
Ante esta situación el senador por Morena Félix Salgado Macedonio llegó a decir que si los ministros no se rebajan el salario iba a proponer “desaparecer la Suprema Corte”. Un absurdo total.
Después, cuando el colectivo #NoMásDerroches interpuso una serie de amparos para evitar la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía, AMLO tuvo la desfachatez de decir que el ministro en retiro José Ramón Cossío era quien los estaba asesorando, cosa que éste último negó rotundamente.
Y la cereza del pastel, la renuncia de Medina Mora, que en números beneficiaría a la “Cuarta Transformación” ya que de los 11 ministros, mismos que deben componer la Corte, tres que ya están instalados son cercanos al mandatario, tal es el caso de: el presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea; Yasmín Esquivel Mossa, esposa de José María Rioboó, y Juan Luis González Alcántara Carrancá, que entró en sustitución de Cossío a partir de una terna propuesta por el presidente.
Con base en la ley AMLO debe enviar una terna de aspirantes al Senado, para que de ahí salga el sustituto de Eduardo Medina Mora, y es muy probable que el elegido también sea alguien afín a esta administración; en consecuencia la 4T podría contar con cuatro ministros a su favor.
